Roger Federer recuerda su durísima derrota ante Rafa Nadal en Wimbledon 2008: "Perdí antes de empezar"

ATP
viernes, 14 junio 2024 en 5:30
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La final de Wimbledon 2008 entre Rafael Nadal y Roger Federer está considerada como uno de los mejores partidos de la historia del tenis. El español se impuso por 6-4. 6-4, 6-7, 6-7 y 9-7, consiguiendo su primer Grand Slam fuera de la tierra batida de Roland Garros y dando un gran golpe sobre la mesa.
Durante su discurso honorífico en la ceremonia de graduación del Dartmouth College la semana pasada, Federer se tomó su tiempo para recordar los acontecimientos que condujeron al partido. Además, el Maestro suizo habló de su deseo de derrotar a Nadal, y de cuándo se dio cuenta de que el español le tenía ganado.
"Intenté no perder, pero perdí", dijo el 20 veces campeón de Grand Slam. A veces, a lo grande. Para mí, una de las más grandes fue la final de Wimbledon en 2008. Yo contra Nadal. Algunos lo llaman el mejor partido de todos los tiempos... con todos mis respetos a Rafa, pero creo que habría sido mucho, mucho mejor si hubiera ganado yo. Perder en Wimbledon fue un gran problema. Porque ganar Wimbledon lo era todo.
"En 2008, iba a por un récord de seis títulos consecutivos, me jugaba hacer historia. No voy a repasar el partido punto por punto, si lo hiciera estaríamos aquí durante horas, casi cinco horas para ser exactos. Nos encontramos con siete iguales en el quinto y entiendo por qué la gente se centra en el final. Los últimos minutos fueron tan oscuros que apenas se veía la tiza en la hierba, pero si miro atrás, siento que perdí en el primer punto del partido.
"Miré a la red y vi a un tipo que hace unas semanas me había aplastado en sets corridos en el Abierto de Francia. Y pensé: 'Quizá este tipo tiene más hambre que yo y por fin tiene mi número'. Tardé hasta el tercer set en acordarme: 'Eh, amigo, eres el pentacampeón defensor y, por cierto, sobre hierba. Sabes cómo hacerlo'. Pero llegó demasiado tarde y Rafa ganó, y fue bien merecido.
"Algunas derrotas duelen más que otras. Sabía que nunca tendría la oportunidad de encadenar seis seguidas, perdí Wimbledon, perdí el número uno del ranking y de repente la gente dijo: 'Tuvo una gran racha, ¿es el cambio de guardia?'. Pero yo sabía lo que tenía que hacer: seguir trabajando y compitiendo. En el tenis, la perfección es imposible".