Cruz Hewitt ha sacado a su padre de una suerte de retiro:
Lleyton Hewitt volverá a la acción en dobles en el Challenger de Sídney mañana, por primera vez en cinco años.
Hewitt disputó por última vez un dobles en el Open de Australia 2020, cuando hizo pareja con Jordan Thompson. Fue una alianza intermitente que terminó en aquel mismo torneo de 2020, su última aparición en pista.
Se asoció con varios nombres ilustres, sobre todo australianos, como Alex Bolt, Nick Kyrgios, un joven Alex de Minaur y John Patrick Smith, si bien no cosechó demasiadas victorias en su etapa en el circuito de dobles. Todo ello después de poner fin a su carrera en 2016, cuando cayó ante David Ferrer en el Open de Australia por 6-2, 6-4, 6-4 a favor del español.
Ha jugado exhibiciones ocasionalmente —solo tiene 44 años—, incluido Tie-Break Tens en 2018, donde se midió a Rafael Nadal y Novak Djokovic.
“No me guardé nada en el vestuario. En toda mi carrera he dado el 100%”, dijo el australiano, entonces de 34 años, al retirarse. “Me encanta salir aquí y competir. He tenido la enorme fortuna de tener esa oportunidad durante 20 años seguidos”.
“Jugar por Australia siempre ha sido mi mayor honor”, añadió Hewitt. “Me siento honrado por este apoyo y el cariño de este público. Significa muchísimo para mí.
“He tenido muchísimos éxitos en grandes partidos en esta pista y me siento afortunado de acabar aquí. Es el lugar perfecto para despedirme”.
Pero se ha mantenido en el foco desde su retirada: el ex campeón del US Open y Wimbledon fue multado recientemente por empujar a un oficial antidopaje. Lleva años como capitán del equipo de
Copa Davis y, con el equipo sin billete para Bolonia, dispone de tiempo libre y acompaña a su hijo Cruz.
Lleyton Hewitt con su hijo
Cruz disputa Challengers en casa antes de un posible asalto al
Open de Australia, donde aspira a conseguir algunas invitaciones. La semana pasada, en Brisbane, venció a James McCabe en su debut y luego cayó ante Wu Tung-Lin. Hoy se mide a Omar Jasika en el Challenger de Sídney, aunque quizá lo más llamativo es que ha convencido a su padre para volver y jugar el dobles.
Un pequeño golpe para el torneo: formarán pareja por primera vez ante Hayden Jones y Pavle Marinkov, en lo que probablemente será un momento de lista de deseos para la leyenda australiana, retirada mucho antes de que comenzara la carrera de su hijo, hasta ahora irregular. Sobre él pesan altas expectativas, como era de esperar, y resulta interesante ver cómo las gestiona; tener a una figura de tal calibre a su lado, sin duda, es una guía inmejorable.