“Ese fue el peor momento de mi vida”: Jelena Dokic recuerda que la abuchearon antes de medirse a Davenport en el Open de Australia

WTA
domingo, 16 noviembre 2025 en 9:00
Dokic
La ex número 4 del mundo Jelena Dokic ha vuelto a reflexionar sobre el momento traumático en que fue abucheada por el público del Abierto de Australia antes de enfrentarse a la número 1 del mundo, Lindsay Davenport, en 2001. Dokic, nacida en Croacia y criada en Australia, representó al país durante el inicio de su carrera hasta que su padre la obligó, a última hora, a cambiar de bandera a Yugoslavia.
En los inicios de su trayectoria, Dokic asombró al mundo del tenis con irrupciones extraordinarias. En Wimbledon 1999, siendo la número 129, protagonizó una de las mayores sorpresas en la historia de los Grand Slams al derrotar a la primera cabeza de serie, Martina Hingis, por 6-2, 6-0 en primera ronda. La adolescente avanzó hasta cuartos de final, firmando uno de los ascensos más impresionantes en la fase temprana de una carrera que haya visto este deporte.
Para 2001, sin embargo, su talento quedó ensombrecido por el comportamiento cada vez más volátil de su padre, Damir Dokic, quien controlaba todos los aspectos de su vida. La apartó de Tennis Australia, impuso el cambio de nacionalidad y creó un clima de miedo e inestabilidad que la acompañó a la pista. Dokic ha descrito con frecuencia aquellos años como un periodo marcado por el abuso emocional y físico.
El partido contra Davenport se convirtió en símbolo de ese trauma. Cuando entró en la Rod Laver Arena representando a Yugoslavia —con la decisión tomada por su padre apenas 24 horas antes— la recibieron con abucheos ensordecedores de miles de aficionados australianos. Fue el momento que hoy define como la herida más profunda de su carrera y que ha moldeado su comprensión adulta de quién era y de lo que soportó.
“Ese fue el peor momento de mi vida”, dijo en una entrevista con Australian Story en ABC News. “Cuando él cambió de lealtades, de Australia a Yugoslavia, 24 horas antes de mi primera ronda del Abierto de Australia, contra la número uno del mundo, Lindsay Davenport, y recibir los abucheos de 15.000 personas… solo quería desaparecer”.

Asumir una infancia robada

Dokic ha explicado que lo que más dolió no fue el resultado del partido, sino la sensación de que le arrebataron algo esencial. Amaba Australia, a su público y al país que le había dado la oportunidad de construir su carrera tenística. Esa identidad le fue arrancada sin su consentimiento, dejándola sola en uno de los grandes escenarios del deporte.
La conducta de su padre fue mucho más allá de aquella noche. Ha escrito abiertamente sobre el impacto emocional a largo plazo de su control —financiero, psicológico y físico—. Su salida de casa la dejó sin nada, obligándola a depender del siguiente premio del tenis para tener un lugar donde dormir.
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Jelena Dokic alcanzó su mejor ranking como número 4 del mundo en 2002 con 19 años.
Las consecuencias de esa crianza la persiguieron durante años. “Incluido cuando me fui de casa, estaba literalmente en la calle, sin tener a dónde ir. Si no hubiera tenido el tenis y un cheque llegando en una o dos semanas, no sé adónde habría ido.”
Dokic pasó luego años tratando de entender cómo un padre podía tratar así a una hija. Admite que la búsqueda de respuestas casi la consumió, especialmente mientras lidiaba con TEPT, ansiedad, depresión y un trastorno alimentario al comienzo de la edad adulta.

Distanciamiento, intentos de reconciliación y un duelo complicado

A pesar de todo, Dokic intentó reconectar con su padre en varias ocasiones. Confiaba en que con la edad —la suya y la de él— pudiera haber margen para el cambio, o al menos para una relación fuera del tenis. Cada intento solo reafirmó la ausencia de arrepentimiento y la distancia emocional que arrastraba desde la infancia. “He llegado a aceptar que él no me quiere y que nunca me quiso. Intenté reconciliarme dos o tres veces, pero no fue posible. Es difícil cuando alguien ni siquiera está un poquito arrepentido… de hecho, dijo que lo haría todo otra vez”.
Ambos permanecieron distanciados durante una década. Damir Dokic falleció recientemente, dejando a Jelena ante un duelo que comparten muchos supervivientes de hogares abusivos: un duelo no por lo perdido, sino por lo que nunca existió. “La gente me pregunta si odio a mi padre. No. No necesariamente lo perdono, pero no lo odio”.
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