En el mundo del tenis, pocos nombres generan tanto respeto y admiración como el de Rafael Nadal. El flamante ex tenista español, conocido por la intensidad de su juego y su determinación, es el líder en porcentaje de partidos ganados al mejor de 5 sets, un testamento de su fortaleza física y mental.
El record de Rafa incluye torneos de Grand Slam, finales de los Masters 1000 (que antes se jugaban a 5 sets) y encuentros por Copa Davis. Rafa tiene un registro de 345 victorias en 391 partidos jugados, dándole un 88,23% de efectividad.
Rafa es el líder en este top pero se encuentra en muy buena compañía: Su principal perseguidor no es otro que el ganador de 24 trofeos de Grand Slam, Novak Djokovic. El serbio ostenta un 87,3% de efectividad en este apartado.
Djokovic ha jugado más encuentros que Nadal, producto de una carrera menos marcada por las lesiones. En total han sido 406 victorias en 465 partidos.
El sueco Bjorn Borg aparece como tercero en la lista y es el primer tenista de este top que ha pertenecido a otra época. Borg, que sólo jugó como profesional 11 temporadas, acumuló un total de 216 victorias en 251 partidos, suficiente para un 86,1% de eficacia. El ex número 1 del mundo fue uno de los pioneros en cuanto a la consistencia en el juego y sólo queda preguntarnos cómo le habría ido si hubiera prolongado su carrera unos años más.
A las puertas del podio queda otro histórico: Roger Federer. El suizo, dominador absoluto del tenis junto a Djokovic y a Nadal, ha jugado 499 encuentros al mejor de 5 sets, llevándose el triunfo en 424 ocasiones, lo que resulta en un 85% de efectividad. Si bien lo que más se recuerda en la carrera del maestro suizo son sus mágicas funciones despachando a sus rivales sin despeinarse, sus números hacen imposible no destacarlo como alguien que también supo brillar en partidos largos y exigentes.
Otra aparición perteneciente a una época distina emerge en el quinto lugar de nuestra clasificación, aunque no se trata de una vieja generación sino de el miembro más ganador de la nueva camada de tenistas: Carlos Alcaraz.
Carlitos ya tiene 4 Grand Slam en su palmarés a sus 21 años. Ha acumulado 60 victorias en 71 partidos disputados al mejor de 5 sets, dándole un 84,5% de efectividad. Alcaraz es un candidato sólido a continuar con el legado de Nadal y mantener a España bien arriba en el tenis mundial.
Lo que distingue a Nadal además de su porcentaje de victorias es cómo las ha logrado. Jugar al mejor de cinco sets es a menudo una prueba de resistencia física, de llevar el cuerpo -y la mente- al límite, y Rafa da la sensación de haber nacido para esta clase de partidos. Tiene un catálogo interminable de victorias maratónicas y definiciones dramáticas en su carrera.
Si es sólo por recordar algunos de sus icónicos triunfos a 5 sets están dos de los mejores partidos de tenis de toda la historia: La maratónica final de Wimbledon que terminó casi de noche frente a Roger Federer en 2008; o la final del Open de Australia en 2009, otro drama a cinco sets contra su eterno rival que duró más de cuatro horas.
Cambiando de rival podemos recordar la semifinal de Roland Garros 2013, donde derrotó a Novak Djokovic en una epopeya de cinco horas de duración con un marcador de 6-4, 3-6, 6-1, 6-7(3), 9-7. Este fue otro de esos encuentros que quedaría para la historia del Abierto parisino. Finalmente, Nadal terminaría levantando el trofeo de campeón al ganarle a David Ferrer en la final.
En esta clasificación también entran los partidos de Copa Davis, un terreno en donde Rafa ha sido prácticamente invencible. La pasión por representar a España ha sido evidente en cada edición en la que ha participado y su récord en esta competición es sobresaliente. Además de conquistar la ensaladera de plata en cinco ocasiones, Nadal eligió al "mundial de tenis" como el torneo en el que brindaría su última función.
¿Qué hace que Nadal sea tan especial en partidos a cinco sets? La respuesta no sólo está en su técnica o su preparación física, sino que radica fundamentalmente en su mentalidad. Rafa ha sido un maestro del cambio y la adaptación, ajustando y modificando su estrategia en medio del partido, concentrándose en aprovechar la debilidad de su rival y empleándose al máximo sin dar ninguna bola por perdida.
Es evidente que el español era un distinto en eso de jamás perder la concentración. Es difícil encontrar duelos en donde Nadal se haya ido del partido o haya experimentado un bajón notable que no pueda ser atribuído a alguna dolencia física. Esta característica es lo que separa al ganador de 14 Roland Garros del resto de los mortales. Su espíritu combativo hacían de él un rival temible incluso cuando parecía estar contra las cuerdas.
Aunque Djokovic y Federer también tienen récords impresionantes en este formato, el caso de Nadal es único. La consistencia del español en todas las superficies, su éxito en torneos de Grand Slam y su dominio en la tierra batida son aspectos que lo separan de sus contemporáneos. Björn Borg, por su parte, se retiró a una edad temprana, lo que plantea la pregunta de qué tan alto podría haber llegado si hubiera continuado compitiendo.
Alcaraz en cambio es parte del futuro del deporte y sus números a tan temprana edad lo ponen como una verdadera amenaza para los récords del ganador de 22 Grand Slam. Su estilo agresivo y su madurez y capacidad de manejo de los momentos difíciles son poco comunes para su juventud.
Su marca representa años de sacrificio, dedicación y una pasión inquebrantable por el deporte. Con el paso de los años, sus números seguirán siendo un punto de referencia para las futuras generaciones. Su legado permanecerá intacto, inspirando a jugadores y aficionados de todo el mundo a jugar al tenis de la manera correcta.