Después de su dura eliminación en el
Masters de Roma, donde fue arrollado por Hubert Hurkacz en segunda ronda,
Rafael Nadal dejó en el aire su presencia en
Roland Garros, ya que no quería disputar una última vez el Abierto de Francia si no estaba seguro de que podía rendir al 100%.
La principal razón para decir eso fue que Nadal no quería sentirse impotente en la pista como pareció durante todo el transcurso del partido contra Hurkacz. Sin embargo, en sus declaraciones más recientes, Rafa también ha querido señalar que en el momento en el que vea la mínima posibilidad de ser competitivo, irá sin pensárselo dos veces a Roland Garros.
"No quiero sentirme impotente. Si hay un 0,01% de posibilidades (de que pueda ser competitivo en Roland Garros), entonces seguro que quiero intentar jugar; si no, prefiero quedarme con todos los recuerdos felices", declaró a France TV Sport.