Rafael Nadal se ha sincerado sobre su retirada definitiva del deporte, admitiendo que, aunque su amor por el tenis seguía intacto, su cuerpo ya no estaba a la altura.
El campeón de 20 Grand Slams construyó una carrera extraordinaria con una plétora de grandes títulos, duelos memorables y récords rotundos. Se convirtió en inspiración para muchos con su tenis hipnótico y formó parte de una rivalidad legendaria con algunos de los mejores jugadores que han pisado una pista.
Retirada del deporte: por qué era el momento adecuado
“Pasé por el respeto que hay que tener al cambio”, contó Nadal a Jorge Valdano en el programa Universo Valdano de Movistar+. “Todos los cambios en la vida, como mínimo, tienen que generar cierto respeto por cómo vas a reaccionar a una nueva realidad, a una vida que va a ser diferente a lo que estás acostumbrado a hacer, no solo durante 20 años de tu carrera profesional, sino desde que tenías 10 años. El deporte y el tenis es a lo que me he dedicado por completo.”
El español admitió que sabía que era el momento de dejar la raqueta. “Estaba preparado porque agoté todas mis opciones hasta el final. Haber agotado todas las posibilidades reales que tenía de seguir compitiendo al nivel que me hubiera gustado me dio la convicción y la tranquilidad para cerrar las cosas en paz, sabiendo que era la decisión que debía tomar porque no había nada más”, afirmó Nadal. “El depósito estaba vacío.”
No era su amor por el deporte lo que flaqueaba, sino su cuerpo, que ya no podía mantener el ritmo. “No tengo malos recuerdos de ese periodo”, recordó Nadal, mirando atrás a los meses previos a su retirada inminente. “Algunas personas, con razón, pensaron que debería haberme retirado antes, que el final no tenía sentido. Para mí, sí lo tenía: hay que actuar en coherencia con lo que uno es. Actué en consecuencia. Intenté agotar todas mis opciones hasta que realmente no quedó ninguna. Me gustaba lo que hacía. No me retiré porque estuviera cansado de lo que hacía o me faltara la motivación necesaria. Me retiré porque mi cuerpo no daba para más. Seguía siendo feliz haciendo lo que hacía. Durante la operación, me dijeron que tenía opciones de recuperarme por completo. Tenía que darme un tiempo razonable para comprobarlo. Llegó un punto en el que me di cuenta de que podía competir, pero no al nivel que necesitaba para continuar. Llevé mi carrera al límite, hasta donde pude.”
El legado del Big Three: la rivalidad Sinner-Alcaraz
Nadal fue uno de los miembros fundadores del ‘Big Three’, junto a Roger Federer y Novak Djokovic, un club único. El trío compitió de forma regular al máximo nivel. Ganaron 66 Grand Slams entre los tres en poco más de dos décadas y han dejado una huella indeleble en el tenis.
Aunque pudieron ser enemigos en la pista, Nadal lo ve ahora desde otra perspectiva. “Vas pasando por fases. Cuando eres más joven, vives todo con más intensidad. Con los años, las cosas se suavizan”, confesó Nadal. “Lo positivo de nuestra época es que hemos terminado nuestras carreras y podemos salir a cenar juntos sin ningún problema. Esto es algo de lo que estar orgullosos. Hemos competido por lo más importante, pero no lo hemos llevado al extremo. La rivalidad se ha quedado en la pista, y las relaciones personales siempre se han basado en el respeto, la admiración e incluso cierta amistad con nuestros rivales.”
Rafael Nadal y Novak Djokovic soportaron años de rivalidades implacables entre sí
Ahora hay una nueva fuerza dominante en el deporte. Carlos Alcaraz y Jannik Sinner están varios peldaños por encima del resto y se han afianzado como los dos mejores del circuito ATP en la actualidad. Nadal mencionó el dominio de ambos, reconociendo que su rivalidad con Federer y Djokovic allanó el camino para duelos similares en el futuro, a la vez que apuntó al legado que pueden dejar.
“Estoy feliz de haber formado parte de esta historia. Sin quitar mérito a Sinner y Alcaraz, que quieren hacer las cosas bien, creo que nosotros (el Big Three) hemos ayudado a las nuevas generaciones a entender que puedes ser un competidor feroz sin odiar a tu rival”, dijo Nadal. “Puedes tener una relación óptima, no necesariamente una amistad. Es un buen legado que hemos dejado.”
Cómo evolucionó el Big Three respecto a generaciones anteriores
“Veníamos de Pete Sampras, que tenía 14 Grand Slams. Es humano que alguien de nuestra generación, cuando llegara a 14, pudiera pensar que había alcanzado la cima”, explicó Nadal. Aunque muchos creyeron que 14 grandes era una barrera inalcanzable, el Big Three demostró lo contrario. Una gran parte de ello fue su competitividad y esa ansia por ir un paso por delante del otro.
“Como éramos tres, no dos, nunca hubo margen para la complacencia. Las exigencias fueron altísimas. Nunca dejamos de empujarnos. No te podías permitir regalar torneos. Esa es la grandeza de nuestra era. Siempre estábamos en las rondas finales compitiendo por los torneos más importantes. No creo que uno solo de nosotros lo hubiera logrado.”
Regreso a la pista con una joven estrella
Un clip en Instagram mostró a Nadal realizando un esperado regreso a la pista en el primer aniversario de su retirada. Fue para una sesión con Alexandra Eala. El brillante talento filipino ha escalado en el ranking a gran velocidad, culminando en el top 50. Fue una de las muchas jugadoras que pasaron por la Rafa Nadal Academy. Nadal no dudó en volver a coger la raqueta, como explicó sobre su relación con el tenis.
“Jugué 45 minutos con Eala. Me pidieron que jugara y encantado. Si no tengo que correr, perfecto. A través de la academia, sigo involucrado, y veo lo que me apetece ver. Ya no sigo el día a día como antes. Ahora veo los partidos o los momentos que me apetece ver.”