Después de una etapa marcada por la presión y algunos resultados decepcionantes, Carlos Alcaraz ha vuelto a encontrar su mejor versión. El tenista español, de apenas 21 años, avanza con paso firme en el Masters 1000 de Montecarlo, donde ha alcanzado por primera vez la final del torneo tras imponerse a su compatriota Alejandro Davidovich Fokina por 7-6 y 6-4 en una sólida actuación.
Este resurgimiento llega tras semanas en las que, según sus propias palabras, se sintió atrapado por las expectativas externas y la lucha por recuperar el trono del tenis mundial. En conferencia de prensa tras su victoria, Alcaraz fue especialmente sincero sobre el cambio de mentalidad que lo ha devuelto al primer plano competitivo.
“Desde que Jannik [Sinner] no pudo jugar torneos, mucha gente me hablaba sobre la importancia de este momento para volver a ser número uno, o ganar torneos... y empecé a pensar demasiado en eso”, reconoció el murciano. “En lugar de jugar buen tenis y disfrutar, estaba atrapado en esas expectativas.”
Su eliminación en el Abierto de Miami fue el punto de inflexión. Alcaraz comprendió que necesitaba reenfocar su energía y recuperar la esencia de su juego. “Después de Miami, me di cuenta de que lo más importante era no pensar en los resultados ni en lo que la gente dice de mí. Sólo disfrutar, pensar en mi gente, mi familia, mi equipo. Creo que lo estoy haciendo bastante bien en ese sentido.”