Leylah Fernandez volvió a hacer gala de la garra y la elegancia que la caracterizan al levantar el trofeo del
Open de Japón en Tokio. La canadiense de 23 años conquistó su tercer título WTA tras una reñida victoria por 6-0, 5-7 y 6-3 sobre la joven promesa de 18 años Tereza Valentova, que disputaba su primera final como profesional. La victoria no sólo reafirmó la regularidad de Fernández, sino que la aupó al número 22 del mundo, lo que la convierte en la jugadora canadiense mejor clasificada.
Fue una semana que encapsuló a la perfección el espíritu de lucha de Fernández. En su camino hacia el título, superó a Hailey Baptiste (6-2, 7-5), Dalma Gálfi (6-1, 6-4), Rebecca Šrámková (7-6, 6-3) y Sorana Cîrstea (6-1, 2-6, 6-4) antes de sellar su triunfo en una emotiva final contra la adolescente checa Valentova.
Tras su victoria, Fernández pronunció un sentido discurso que reflejaba tanto humildad como gratitud. "En primer lugar, felicidades Tereza, has jugado un partido increíble. Es una semana maravillosa para ti, para tu entrenador y para tu familia. Estoy segura de que te veré en muchas más finales como ésta", dijo, haciendo gala de la misma deportividad que la ha convertido en una de las jugadoras más admiradas del circuito.
Su mensaje pronto se tornó personal al rendir homenaje a su equipo de apoyo. "Quiero dar las gracias a mi equipo: a mi padre, que está aquí, y también a mi entrenador, y a mi compañero Federico. Muchas gracias por sufrir conmigo esta semana, este último mes y el último año", añadió con una sonrisa, arrancando un caluroso aplauso del público de Tokio.
El ascenso de Fernández continúa: Número 1 canadiense y regreso al Top-25
El triunfo de Fernández en Japón marca otro hito en el resurgimiento de su carrera. Considerada en su día como un prodigio adolescente, la canadiense ha pasado las dos últimas temporadas recuperando la confianza en sí misma y perfeccionando su agresivo juego de fondo. Su último título, ganado con disciplina, paciencia y determinación, envía un claro mensaje al resto de la WTA: Fernández ha vuelto a la elite, y su mejor tenis puede estar aún por llegar.
Al ascender al número 22 del mundo, Fernández supera a su compatriota Victoria Mboko y recupera su puesto como número 1 de Canadá. Es un momento simbólico para la zurda, que ha sufrido lesiones e irregularidades desde su gran actuación en el US Open 2021. Ahora, sus resultados en Asia muestran una renovada determinación y claridad táctica, cualidades que podrían impulsarla aún más antes del final de la temporada.
Un esfuerzo familiar entre bastidores
A lo largo de su trayectoria, Fernández se ha mantenido anclada en los valores familiares y el trabajo duro, un vínculo que volvió a subrayar en Tokio. "También quiero dar las gracias a mi familia y a mis seres queridos en casa. Sin vosotros no estaría aquí... sin los sacrificios y el apoyo de todos, no estaría en este escenario", declaró emocionada. Sus palabras revelaron la profundidad de su gratitud y el esfuerzo colectivo que hay detrás de su éxito.
Su padre, Jorge, una figura clave en su desarrollo, sigue guiando su carrera con una mezcla de disciplina e inspiración. Junto con su pequeño pero leal equipo, Fernández ha construido unos sólidos cimientos basados en la fe y la resistencia, rasgos que se han convertido en su identidad competitiva. Su triunfo en Tokio fue tan suyo como de ella.
No hay tiempo para el descanso, ya que Fernández se prepara para competir de nuevo en Japón, esta vez en el Abierto de Tokio. Su primer partido será contra la jugadora de la fase de clasificación Maria Sakkari, a la que conoce bien. El balance de enfrentamientos entre ambas es de 3-1 a favor de Sakkari, pero Fernández sacará provecho de su enfrentamiento más reciente en el Abierto de China, hace menos de un mes, donde se impuso por un contundente 6-2 y 6-0 en la primera ronda. Con la confianza por las nubes y en plena forma, Fernández intentará llevar a Tokio el impulso de su triunfo en el Abierto de Osaka.