Los aficionados
recordaron y criticaron el polémico partido de semifinales del
Roland Garros de 2003 entre
Serena Williams y
Justine Henin.
Durante ese
tiempo, Serena Williams ocupaba el puesto de número 1 del mundo y ostentó una
impresionante racha de cuatro victorias consecutivas en Grand Slam (Roland Garros,
Wimbledon y el US Open en 2002, seguidos del Open de Australia en 2003).
Williams
llegó al partido como gran favorita. Justine Henin, jugadora belga
ya había derrotado recientemente a la estadounidense en la final del torneo de Charleston.
En un
partido muy disputado, la 23 veces campeona de Grand Slam se encontró sirviendo
en el tercer set con un marcador de 6-2, 4-6, 4-2. En ese momento crucial,
Henin hizo un gesto con la mano para detener el juego mientras el público se callaba, provocando que
Williams fallara su primer saque.
Al darse cuenta de la
interrupción, Williams pidió al árbitro que le concediera un segundo saque debido al
gesto de Henin. Sin embargo, el árbitro no se percató del gesto, y Henin permaneció en silencio, para gran consternación de Serena.
Henin
aprovechó el cambio de ritmo y remontó para adjudicarse el tercer set por 7-5,
asegurando su puesto en la final, donde finalmente triunfó sobre Kim
Clijsters, consiguiendo así su primer título de Grand Slam.
Justine Henin y Serena
Williams tuvieron una de las mayores rivalidades de su época, que terminó con un
8-6 a favor de Williams. Sin embargo, Henin es la segunda jugadora que más veces ha derrotado a Serena (junto a Martina Hingis), por detrás de su hermana mayor Venus Williams (con 12).