Reconocida como una de las mejores jugadoras de todos los tiempos, Martina Navratilova dejó su huella en todas las superficies del tenis. La checo-estadounidense acumula en su palmarés la asombrosa cifra de nueve títulos individuales en Wimbledon, y recientemente reflexionó sobre el aura única que se respira al competir en la mítica Pista Central.
Navratilova cerró su carrera con 167 títulos individuales de la WTA, un récord absoluto en la Era Abierta. Entre sus logros destacan 18 títulos de Grand Slam en individuales, con su histórica colección de nueve coronas en Wimbledon. Además, llegó a ocupar el número uno del mundo tanto en individuales como en dobles.
A pesar de haber triunfado allí en múltiples ocasiones, Navratilova confesó que nunca dejó de sentirse nerviosa al pisar la Pista Central, describiendo la experiencia como casi extracorporal.
“La Pista Central de Wimbledon es especial por muchas razones, entre ellas la historia”, afirmó la extenista de 68 años. “Cualquiera que haya sido alguien en el tenis ha jugado allí. Es una pista tan tranquila, ves la pelota muy bien. Nunca te caes tanto en el escenario como en esa pista. Ves los alrededores de la pista, pero no ves a la gente en las gradas. Es íntimo pero grande al mismo tiempo, es solo un escenario. Te sientes como en Hamlet”.
Navratilova se retiró oficialmente en 2006, tras conquistar su último gran título en el Abierto de Estados Unidos en la modalidad de dobles mixtos, apenas unas semanas antes de cumplir 50 años. Su legado, sin embargo, sigue vigente cada vez que alguien pisa la célebre Pista Central de Wimbledon.