Jessica Pegula ha desvelado uno de los momentos más extraños de su carrera: una confusión en el control antidopaje que la dejó completamente desconcertada durante la
Billie Jean King Cup en Shenzhen. En el
podcast The Players' Box Podcast, junto a Jennifer Brady y Madison Keys, la número 6 del mundo describió la caótica secuencia de acontecimientos que se produjo justo antes de su partido. "Fue muy confuso", dijo Pegula entre risas. "No tenía ni idea de lo que estaba pasando. Nunca había vivido algo así".
La estadounidense recordó que la confusión comenzó inmediatamente después de la ceremonia de apertura del evento, cuando ya se estaba centrando en su rutina de calentamiento. "Una señora se acercó y me dijo: 'Tienes que pasar el control antidopaje'", explicó Pegula. "Y yo dije: 'Espera, ¿qué? El primer set del partido de Emma está a punto de terminar, ¡podría estar en la pista en 30 minutos!". Admitió que no tenía ni idea de que las jugadoras podían ser seleccionadas antes de competir, especialmente en eventos por equipos como la Copa Billie Jean King o la Copa Davis.
Lo que siguió, dijo, fue una serie de instrucciones poco claras que no tenían sentido. "Me dijeron que si iba al baño antes del partido, eso contaba como muestra de orina", relató Pegula. "Pero si iba durante el partido, no contaba, sólo después. Me quedé pensando: 'Esto no puede ser verdad'. Era un reglamento muy raro". La situación se volvió aún más extraña cuando se dio cuenta de que uno de los oficiales tenía poca experiencia en controles antidopaje. "Me dijo: 'Serán cinco minutos, no pasa nada'", cuenta Pegula. "Y yo le dije: 'No, señor, no es tan rápido'".
Al final, Pegula consiguió completar el proceso, en gran parte gracias a la batalla de tres sets que Emma Navarro libró en la pista, lo que le permitió ganar algo de tiempo. Aun así, todo el episodio la dejó cuestionando el sistema. "No es un proceso rápido", afirma. "Fue muy confuso, y nunca había tenido que hacerlo antes. ¿Por qué no podían habérmelo pedido una hora antes? No lo entendía". La experiencia, admitió, le hizo darse cuenta de lo incoherentes e impredecibles que pueden ser los procedimientos antidopaje, incluso al más alto nivel del tenis profesional.
Las suspensiones de Sinner y Swiatek agitan el partido
La historia de Pegula tras algunos casos sonados de dopaje. Iga Swiatek y Jannik Sinner, dos de las mayores estrellas de este deporte, cumplieron sendas suspensiones en 2024 tras dar positivo por sustancias prohibidas, incidentes que conmocionaron al mundo del tenis y dejaron a muchos jugadores preocupados por la transparencia de los controles.
El caso de Świątek sorprendió a los aficionados cuando dio positivo por trimetazidina (TMZ) a finales de 2024, lo que le valió una suspensión de un mes. La sanción, que finalizó en diciembre, le permitió comenzar la temporada 2025 con el asunto "superado", aunque la polémica manchó inevitablemente su imagen, por lo demás limpia. La número 1 del mundo describió posteriormente la experiencia como "traumática" y reclamó una comunicación más clara entre los organismos rectores y los deportistas.
En el caso de Sinner, el italiano dio positivo por clostebol en marzo de 2024, una sustancia a menudo asociada a tratamientos tópicos. Tras una investigación y un acuerdo negociado con la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), Sinner aceptó una suspensión de tres meses. Regresó al circuito ATP más tarde ese mismo año, expresando su frustración por la facilidad con la que la contaminación involuntaria podía hacer descarrilar la reputación de un jugador.
Juntos, los casos Swiatek y Sinner han reavivado el debate sobre la forma en que el tenis gestiona el dopaje, desde la incoherencia de las normas hasta la opacidad de la comunicación. La historia de Pegula, aunque humorística en apariencia, subraya un problema real: incluso los jugadores con historiales intachables se enfrentan a la confusión y la ansiedad por unos procedimientos que pueden variar de un evento a otro. En palabras de Pegula: "No entendía nada".