Martina Navratilova ha sido homenajeada por el Parlamento checo en una ceremonia para celebrar su carrera y su valentía de ser ella misma con una medalla de plata.
Ese coraje hizo que Navratilova huyera de una Checoslovaquia desgarrada por la guerra arriesgándolo todo por su futuro tenístico, convirtiéndose en una leyenda.
Al regresar a su país, lo calificó de honor, sobre todo teniendo en cuenta sus recientes y bien documentadas batallas contra el cáncer de mama y de garganta. "Cuando me llegó el correo electrónico del Sr. Vystrcil diciéndome que recibiría la medalla de plata, fue en febrero, cuando tenía algunas dificultades de salud", explicó. "Me dije: '¿Temerán que me muera antes de dármela?".
Navratilova continuó hablando de su deserción: "Es lo único que lamento, pero tenía que hacerlo. Siempre he intentado representar a mi país de la mejor manera y seguiré intentándolo. Pero no te das cuenta de cómo resultará con otras personas a mi alrededor. Mi hermana sufrió mucho, ni siquiera hablaré de mis padres. Agradezco mucho esta medalla".
"Vivíamos en una jaula, y tú tuviste la fuerza y el coraje de romper esa jaula y salir volando de ella", declaró el Jefe de la Alta Casa Milos Vystcil, que premió a Navratilova en un comunicado. "Ganaste tu libertad y te convertiste en la mejor tenista del mundo. Sufriste y tu familia sufrió. Pero te mantuviste firme. A veces hay que sufrir para salirse con la suya. Deberíamos recordarlo".
"Has hablado abiertamente de quién eres y con quién estás, y al hacerlo has ayudado a un gran número de personas con un destino similar. Has ayudado y ayudas a los débiles y vulnerables, a los que tienen menos que tú. Eres valiente y nunca te rindes. En la vida, como en la pista de tenis", concluyó.