En las dos últimas semanas, los jueces de silla han sido noticia por todos los motivos equivocados, y eso ha continuado en el
Torneo de Basilea, con
Ben Shelton y
Tomás Etcheverry sumidos en el caos.
El juez de silla pensó que la pelota había golpeado la pierna de Etcheverry antes de tocar el suelo. Se equivocó claramente, lo que cambió el curso del partido, ya que el resultado era 15-40 en lugar de 30-30. Shelton quebró a Etcheverry en el siguiente punto.
También resultó vital para el transcurso del partido, ya que a partir de ahí Shelton se alzó con la victoria por 6-3 y 6-4 sobre el argentino.
Después de las últimas semanas, en las que Frances Tiafoe, que no tardó en gritar improperios al juez de silla, Stefanos Tsitsipas, que menospreció a otro juez de silla por su supuesta falta de experiencia en el tenis y de cardio, y otros incidentes similares, las malas decisiones han pasado a un primer plano.
Se trata de un problema importante en este deporte, que tiene que ver con las decisiones de los árbitros y los errores humanos, que pueden ocurrir, y todo el mundo es humano, pero que también hacen que los jugadores se enfaden, sobre todo cuando se repiten una y otra vez.