Aunque
Casper Ruud perdió en la final del
Bastad Open contra
Andrey Rublev, en muchos sentidos se robó el espectáculo. Un perro empezó a ladrar extrañamente durante uno de sus servicios, y él provocó las risas de la multitud diciendo: "Creo que es mi perro".
Tras ello y un partido que sin excesivas complicaciones ganó Rublev, el ruso se deshizo en elogios hacia el jugador noruego no sin antes hablar sobre su propio título: "Siempre es fantástico ganar un trofeo. Al fin y al cabo, tenemos que perder casi todas las semanas", declaró Rublev.
"Es una sensación especial y la final se ha jugado en condiciones difíciles, pero he tenido suerte. Casper golpea mucho con efecto, para jugar alto y con este tiempo la pelota no saltaba muy alta y creo que me ayudó un poco. Además, hoy he jugado muy bien", añadió.
Pero no sólo el momento del perro se robó el show, la ceremonia de entrega de premios fue casi como un sketch de comedia con Ruud recibiendo un millón de objetos e intentando aplaudir mientras lo hacía.