A pesar de que
Novak Djokovic ya explicó hace unos días que celebraba sus victorias imitando el gesto del violín con su raqueta para dedicárselas a su hija pequeña, el público de
Wimbledon se lo tomó como una provocación y empezó a abuchear con fuerza al serbio. Esto ocurrió tras imponerse a Lorenzo Musetti por 6-4, 7-6(2) y 6-4 en semis, antes de enfrentar a Carlos Alcaraz en la final del domingo en la revancha del año pasado.
Djokovic hizo la celebración tras derrotar a Alexei Popyrin en la que, en lugar de su habitual levantamiento de brazos y la celebración IDEMO, agarra su raqueta y la toca como si fuera un violín.
Su hija Tara, como él mismo explicó tras su victoria sobre Popyrin, ha empezado recientemente a tocar el violín y se la pudo ver saltando y sonriendo al ver a su padre hacer la celebración. Esto después de que él admitiera que ella prefería leer que verle jugar.
"La celebración era para Tara", dijo. "Toca el violín desde hace un par de meses. Me gustan las celebraciones de Bolt, el 'Siu' de CR7, Agassi con su saludo", añadió. "Guga con un corazón en Roland Garros, Tsonga, Bellingham con los brazos abiertos... muchas interesantes".
Pero el público no se lo tomó especialmente bien. A mitad de partido decidieron empezar a abuchearle, como hicieron durante parte de su victoria sobre Lorenzo Musetti para alcanzar otra final de Wimbledon. Un milagro del tenis con su temporada en perspectiva tras sufrir una rotura de menisco en su partido de octavos de final de Roland Garros ante Francisco Cerúndolo hace apenas unas semanas. Desde entonces ha alcanzado su primera final de la temporada y podría conseguir su octavo título de Wimbledon, todo un récord. Todo ello gracias a que el público se desahogó con él.