La irrupción de
Valentin Vacherot en Shanghái no sorprendió a Steve Denton, quien lo había entrenado en Texas A&M y entendía los cimientos detrás de ese rendimiento. Para Denton, la forma en que Vacherot gestionó las condiciones, a los rivales y la presión reflejó años de preparación física y mental asentados durante su etapa universitaria. Como explicó en el
podcast Inside-In, “Él ya había hecho la preparación el año anterior; ganó tres Challengers en Tailandia bajo calor y humedad extremos, y uno en India”.
Ver a Vacherot alzar el trofeo de Shanghái tras sortear un cuadro que incluía a Alexander Bublik, Holger Rune y Novak Djokovic reafirmó la convicción de largo recorrido de Denton de que el crecimiento ocurre por capas y rara vez en un calendario previsible. En sus palabras, “Simplemente entendió que si iba hacia adelante y jugaba su estilo de tenis, los otros tendrían que ajustarse a él”.
“Estaba jugando con dinero de la casa”
Esa preparación se interrumpió por una lesión de rodilla en Wimbledon, que obligó a Vacherot a bajarse del circuito durante un tramo que podría haber frenado su impulso. En cambio, agudizó el enfoque cuando por fin volvió. Denton señaló lo inusual de la oportunidad en Shanghái y cómo Vacherot estaba listo para ella pese a las circunstancias. Como recordó Denton, “Fue a Shanghái quizá como séptimo u octavo alternante. Hubo bajas, y entró”.
Una vez dentro del cuadro, Vacherot jugó con la soltura y claridad que Denton llevaba años esperando ver. La combinación de su gran tenis, mayor resistencia y decisiones más maduras permitió que cada ronda se apoyara en la anterior. Denton destacó esa libertad interior como el catalizador de la racha. Como dijo, “Una vez que entró al cuadro principal, estaba jugando con ‘dinero de la casa’. Val tiene un juego grande y puede mandar”.
Para Denton, la historia de Shanghái fue aún más emotiva cuando Vacherot y su primo Arthur Rinderknech firmaron sendas actuaciones espectaculares hasta la final. Denton siguió toda la semana, incluidas victorias ante jugadores top como Alexander Zverev, Felix Auger-Aliassime y una semifinal que exigió a Daniil Medvedev. Ver a sus exjugadores compartir un escenario de esa magnitud condensó todo lo que había imaginado para el programa. Como describió, “Tuve un nudo en la garganta durante una semana viendo a esos dos”.
Vacherot derrotó a su primo Arthur Rinderknech en una inesperada final del Shanghai Masters.
Desarrollo a largo plazo
Denton siempre ha creído que el tenis universitario puede cubrir las carencias que los jóvenes quizá no logran abordar solos, especialmente cuando sus juegos aún están incompletos. Muchos de sus jugadores necesitaron tiempo para crecer, madurar y entender qué exige realmente el tenis profesional. Recalcó lo crítico que fue ese entorno para su transición. Como dijo, “Muchos de nuestros jugadores aún no eran profesionales en su primer o segundo año. Al darles un plan de cómo debía ser, empezaron a madurar”.
Parte de ese plan incluye desarrollo estratégico sin la presión inmediata que existe en el circuito. Denton ve la universidad como el escenario ideal para corregir debilidades y construir resiliencia a largo plazo antes de medirse con los mejores del mundo. Esa perspectiva ha moldeado la identidad de su programa durante años. Como explicó, “Si un jugador tiene tres o cuatro ‘agujeros’ en su juego, ¿qué mejor manera de llenarlos que en una situación menos a presión en la universidad?”.
Formando atletas para las exigencias profesionales
Otro elemento clave detrás del éxito de Vacherot es la robustez física que los jugadores de A&M desarrollan bajo el sistema de Denton. La durabilidad, cree, se ha vuelto uno de los factores más determinantes en el tenis moderno, especialmente con plantillas más cortas y temporadas más largas. Sus inquietudes sobre el rumbo del deporte subrayan por qué la preparación importa tanto. Como señaló, “Una de las cosas más importantes de cara al futuro va a ser la durabilidad… Sí tengo ciertas preocupaciones sobre partidos en el futuro en los que quizá no tengamos suficientes jugadores para alinear el equipo”.
Denton también enfatiza que unirse a su programa implica aceptar un compromiso de desarrollo total, que se extiende mucho más allá de los años en el campus. Continúa guiando a los jugadores mucho después de que se vuelven profesionales, apoyándolos con scouting, análisis y coaching in situ cuando es posible. Esa inversión sostenida es parte de lo que ha permitido que jugadores como Vacherot prosperen. Como dijo Denton, “Cuando los jugadores vienen a jugar para mí, es una decisión de 20 años, no de cuatro años”.