Estados Unidos puede ser perfectamente considerado el país con más potencia mundial en el tenis históricamente. Varios de los mejores jugadores de la historia, tanto en hombres como en mujeres, son de allí. Sin embargo, llevan años de auténtica sequía en el lado masculino. Las chicas sí han conseguido seguir rindiendo, como por ejemplo el
US Open 2023 de Coco Gauff.
Pero la realidad es que los chicos están teniendo unos problemas tremendos para confirmarse como unos posibles campeones de torneos grandes. Y es que
Taylor Fritz o
Frances Tiafoe va a conseguir algo que hace mucho tiempo que no pasa, y es ver a un tenista estadounidense en la final de un torneo de Grand Slam, especialmente en el de casa.
Para ello, vamos a empezar repasando la historia. La Era Open inicia en plena temporada 1968 y por aquel entonces el tenis estaba dominado por los australianos. En 1969 y 1973 ningún norteamericano alcanzó el partido por el título en un Major. Después, hubo que esperar hasta 1986. En ese momento empezó la única racha en la que pasaron varios años consecutivos con esta dinámica.
Entre 1986 y 1988, los estadounidenses estuvieron tres años seguidos sin pisar la final de un Grand Slam. Sin embargo, entre 1989 y 2006, tuvieron una seguidilla de temporadas en las que siempre había al menos uno, ganase o perdiese, en uno de los cuatro. A partir de ahí, únicamente
Andy Roddick en
Wimbledon 2009 ha conseguido hacerlo.
En el US Open, es aún peor. Y es que el propio Roddick fue el último en pisar una final, pero en el año 2006, hace ya 18. Y si hablamos de ganar un Grand Slam, también fue Roddick, en casa, pero en 2003. Taylor Fritz y Frances Tiafoe están ante la oportunidad de sus vidas de romper esta racha. Lo que ya es seguro es que volveremos a tener un estadounidense disputando el último encuentro de uno de los torneos más importantes y prestigiosos del mundo. La pregunta ahora es si conseguirán llevarse el trofeo para casa o no.