Alexander Zverev tuvo en sus manos la posibilidad de alcanzar uno de los mayores logros de su carrera: convertirse en el número 1 del mundo. Sin embargo, esa aspiración se ha desvanecido tras una serie de resultados decepcionantes, y será
Jannik Sinner quien regrese al circuito en Roma como líder del ranking ATP.
Todo parecía alinearse para Zverev. La sanción retroactiva de tres meses impuesta a Sinner por el uso de Clostebol abrió una puerta inesperada. Consciente de la oportunidad, el alemán ajustó su calendario para atacar el Golden Swing —una gira de torneos sobre tierra batida en América Latina— con la intención de acumular puntos rápidamente. Pero el plan no salió como esperaba.
Sobre el papel, Zverev partía como el gran favorito en la gira sudamericana. Sin embargo, tanto Sebastián Báez como Francisco Cerúndolo volvieron a demostrar por qué son figuras consolidadas en esa parte del calendario. Zverev cayó ante Cerúndolo en Buenos Aires y ante Facundo Díaz Acosta en Río de Janeiro, ambas derrotas en cuartos de final. Luego, en Acapulco, fue eliminado en octavos por Learner Tien, en un torneo marcado por rumores de intoxicación alimentaria que afectaron a varios jugadores, aunque Zverev nunca lo confirmó públicamente.
El alemán aún conservaba opciones durante el Sunshine Double, pero sus aspiraciones se esfumaron con derrotas tempranas ante Tallon Griekspoor y Arthur Fils. Y más recientemente, cayó en el
Masters 1000 de Montecarlo ante Matteo Berrettini, una derrota que ha sido calificada por algunos como una verdadera decepción.
Lo más frustrante para Zverev es que, incluso con la ausencia de Sinner, no logró capitalizar las oportunidades. Ni Carlos Alcaraz, lejos de su mejor nivel, ni Novak Djokovic —cuya mejor actuación reciente fue en Miami—, han dominado el circuito en las últimas semanas. Aun así, Zverev no ha podido aprovechar la ocasión para tomar la delantera.