Carlos Alcaraz sufrió un sorprendente revés en su debut en el Masters de París, al caer por 4-6, 6-3 y 6-4 ante el británico
Cameron Norrie, en lo que supuso su primera derrota en primera ronda en más de siete meses. El número 1 del mundo se sinceró tras el partido, admitiendo que "no sentí la pelota en absoluto" durante toda la contienda, mientras Norrie realizaba una actuación sólida y disciplinada para sellar una de las mayores sorpresas de la semana.
A pesar de un buen comienzo -se llevó el primer set por 6-4-, el español de 22 años tuvo serias dificultades para encontrar el ritmo en el segundo y tercer sets. Sus errores no forzados se acumularon, y Norrie sacó provecho de ellos con notable consistencia desde la línea de fondo. "Muchos errores, no me sentía bien, no sentía la pelota en absoluto", dijo Alcaraz en
rueda de prensa. "Creo que Norrie ha jugado hoy un tenis realmente bueno, muy sólido. Esa fue la clave".
La derrota de Alcaraz en París pone fin a una notable racha de victorias en primera ronda que se remonta al Abierto de Miami a principios de esta temporada, cuando perdió ante David Goffin. Durante 2025, el español ha compilado un sensacional récord de 67-8 en 2025, reclamando ocho títulos - incluyendo el Abierto de Francia, el Abierto de Estados Unidos, y tres trofeos Masters 1000. Sus ganancias de la temporada han superado los 16 millones de dólares, y ha mantenido un porcentaje de victorias superior al 90%.
La derrota llega además en un momento delicado en la clasificación ATP. Con la temprana eliminación de Alcaraz, Jannik Sinner tiene ahora la oportunidad de superarle si logra el título en París. El español se centrará ahora en las Finales ATP de Turín y en las Finales de la Copa Davis, dos citas que definirán el capítulo final de la que aún ha sido una de las temporadas más dominantes de su joven carrera.
"No sentí el balón": Alcaraz explica su mal día en París
En su rueda de prensa posterior al partido, Alcaraz se sinceró sobre lo que había fallado. "He entrenado mucho aquí, me he sentido muy bien, me he movido bien, le he pegado limpio a la pelota. Todo estaba claro en mi mente: mis objetivos, mis ideas", explicó. "Pero hoy, incluso en el primer set, aunque gané, sentí que podía hacer mucho más. Intenté ser mejor en el segundo set, pero fue totalmente lo contrario: me sentí aún peor".
Alcaraz también alabó la persistencia y la conciencia táctica de Norrie. "Cam no me dejó volver al partido. Tuve unos cuantos puntos de break que me habrían venido muy bien, pero cometí errores fáciles", dijo. "Estoy muy decepcionado por mi nivel de hoy, pero es lo que hay". A pesar de su frustración, el español mantuvo la compostura y prometió reagruparse rápidamente de cara al apretado calendario de noviembre.
Cuando se le preguntó por los planes de recuperación para el resto del año, Alcaraz se mostró reflexivo pero decidido. "Intentaré prepararme lo mejor posible. Turín y la Copa Davis son torneos muy importantes", declaró. "Ahora mismo sólo quiero volver a casa, descansar y prepararme. Trabajaré para que esto no vuelva a ocurrir".
"No sé lo que ha pasado": Una relación difícil con París
Curiosamente, el Masters de París no ha sido benévolo con Alcaraz en lo que va de su joven carrera. El español admitió que le cuesta explicar por qué los resultados no le han acompañado en la capital francesa. "Llegué aquí con muy buenas sensaciones, con mucha energía, pensando que podía conseguir un buen resultado", dijo. "Este año me he sentido mejor que nunca al final de la temporada: me salté Shanghai, me quedé en casa y recargué las pilas. Así que no sé qué ha pasado aquí".
A pesar de la decepción, Alcaraz sigue siendo optimista. "Es un torneo en el que me cuesta mucho jugar bien, pero ya me las apañaré", añadió. "Algún día acabaré jugando un gran tenis aquí, seguro".
Alcaraz tendrá ahora un breve descanso antes de viajar a Turín, donde competirá entre los ocho mejores jugadores del mundo. Con dos títulos importantes, tres Masters 1000 y un porcentaje de victorias del 90,5% este año, la temporada 2025 del español sigue siendo un testimonio de su regularidad y su mentalidad de élite, incluso en los días malos.