Gael Monfils ha tenido problemas de forma desde su regreso, pero fue al pozo y produjo un tenis mágico en una noche para saborear para el francés en
Roland Garros.
Monfils pasa a la segunda ronda del Abierto de Francia tras una maratoniana victoria por 3-6, 6-3, 7-5, 1-6 y 7-5 en un ambiente especial, ya que remontó un 0-4 y un 4-5 en el 5º para sentenciar.
Elina Svitolina, su esposa, también observó el partido y se alegró de cada golpe al igual que el público, lo que demuestra que nunca hay que descartar a Gael Monfils.
Tras el combate, estaba en el suelo llorando después de ganar en una posición que parecía imposible, en uno de los mejores momentos de lo que va de año. Ahora se enfrentará a Holger Rune en la siguiente ronda por si le queda algo en el tanque.