El saque es uno de los golpes más importantes del tenis moderno. Desde la década de 1980 el golpe pasó de ser una herramienta importante a convertirse en un arma letal capaz de definir partidos y carreras enteras. A continuación repasaremos los más grandes sacadores desde esa década hasta nuestros días.
Jugadores como Ivan Lendl, Boris Becker, Roger Federer, Pete Sampras, Andy Roddick y tantos otros han pasado a la historia grande en parte por haber contado con este recurso que en muchas ocasiones los sacaba de apuros y les ayudaba a ejercer presión sobre los juegos de servicio de su oponente.
Ivan Lendl, una de las figuras dominantes de los 80, revolucionó al tenis con su enfoque metódico y su poderoso servicio. Aunque no era el más veloz, su saque combinaba precisión y consistencia, llevándolo a dominar desde el fondo de cancha.
En 1985 el mundo del tenis fue testigo de un hecho histórico cuando un Boris Becker adolescente se quedó con el título en Wimbledon. "Boom boom" (el apodo que recibía por su poderoso saque) basaba su juego justamente en ese valioso recurso combinado con una volea eficaz. Becker terminaría con seis títulos de Grand Slam en su haber.
Sampras es considerado uno de los mejores tenistas de todos los tiempos y un virtuoso del saque. Su primer servicio era absolutamente devastador, con una mecánica de ejecución perfecta y muy difícil de descifrar para el resto.
No obstante, Sampras fue un poco más allá, entrenando minuciosamente su segundo saque. Con el paso de los años el segundo servicio del 7 veces campeón de Wimbledon llegó a incorporar una combinación de efecto y velocidad que lo hacía tan peligroso como el primero. El estadounidense conquistó en total 14 títulos de Grand Slam y pasó 286 semanas como el número 1 del mundo; logros que habrían sido imposibles de conseguir de no haber contado con un saque de estas características.
El croata Goran Ivanisevic se destacó por su saque explosivo, especialmente peligroso en superficies rápidas como la hierba. En 2001 escribió una de las páginas más memorables en la historia de Wimbledon, llegando al torneo gracias a un wild card y consagrándose campeón, siendo el primer y único jugador en conseguir dicho hito. Ivanisevic lideró las estadísticas de aces en varias temporadas, beneficiándose además de su condición de zurdo, complicando a sus rivales logrando ángulos imposibles.
Con una altura de 2,11 metros, Ivo Karlovic es uno de los jugadores más altos de la historia del tenis, lo que lógicamente le otorgó una ventaja única a la hora de sacar. Durante su carrera, registró servicios de más de 250 km/h y acumuló más de 13000 aces, liderando en este rubro en varias temporadas. Aunque no pudo ganar títulos de Grand Slam, su servicio lo mantuvo en competencia durante dos décadas.
El campeón del US Open 2003, Andy Roddick, fue uno de los sacadores más letales del nuevo milenio. Su servicio alcanzó velocidades récord, llegando a la marca de 249 km/h en varias ocasiones. Roddick logró alcanzar la cima del ranking debido fundamentalmente a este golpe, y se mantuvo durante años entre los mejores del mundo.
Roger Federer es un ejemplo de que el saque no siempre depende de la potencia bruta. Su servicio, aunque no era el más rápido, se caracterizaba por su precisión y su capacidad para variar direcciones y efectos, manteniendo a sus oponentes en constante incertidumbre. Federer acumuló 20 títulos de Grand Slam y estableció un récord de 310 semanas como número uno del mundo. Su saque fue clave para su longevidad y éxito en todas las superficies.
El estadounidense John Isner es otro jugador cuyo saque es su principal arma. Con una estatura de 2.08 metros, registró uno de los servicios más rápidos de la historia, alcanzando 253 km/h. Su habilidad para acumular aces lo llevó a establecer récords, incluido el partido más largo de la historia, disputado contra Nicolas Mahut en Wimbledon 2010. Aunque no ha ganado títulos de Grand Slam, su saque ha sido una constante amenaza para los mejores jugadores del mundo.
Milos Raonic, conocido por su saque potente y preciso, también ha dejado una marca en el tenis moderno. Alcanzó la final de Wimbledon en 2016, donde su servicio fue crucial para derrotar a jugadores de élite en su camino al partido decisivo. Raonic ha registrado velocidades de saque superiores a 240 km/h, lo que lo convierte en uno de los mejores sacadores de su generación.
Para hablar del presente, seguramente los dos mejores exponentes en cuanto a un gran servicio sean el número 1 del mundo, Jannik Sinner, y el número 2, Alexander Zverev.
El italiano ha perfeccionado un saque que combina velocidad, precisión y consistencia, convirtiéndose en una herramienta fundamental para su estilo de juego agresivo. Sinner utiliza su servicio como un arma para dominar desde el primer golpe y cerrar puntos con autoridad.
Otro que somete a sus rivales desde el saque es el alemán. Zverev se ha establecido como uno de los mejores sacadores de la actualidad. Si bien su servicio no es el más veloz (aunque puede alcanzar los 220 km/h), puede lograr muy buenos ángulos gracias a sus casi 2 metros de altura, lo que lo convierte en un recurso de sumo valor y capaz de explotarlo en cualquier superficie.
El saque ha evolucionado para convertirse en una de las herramientas más decisivas en el tenis. Mientras el deporte sigue avanzando, el saque continuará siendo una parte esencial del juego y las generaciones futuras seguirán desarrollándolo y empujando los límites de la perfección en este golpe.