El entrenador de la estrella rusa del tenis
Andrey Rublev admite que hay aspectos que mejorar antes de que pueda alcanzar mayores logros en el tenis. El tenista de 26 años es actualmente el número cinco del mundo y ha ganado 14 títulos ATP en su carrera. Sin embargo, en los Grand Slams, nunca ha logrado jugar la semifinal o más allá.
El entrenador de Rublev, Fernando Vicente, fue citado recientemente en un reportaje en el que destacaba cómo el moscovita sigue teniendo dificultades para desenvolverse en situaciones difíciles, en gran parte debido a una falta de madurez que le está costando en las grandes citas.
"Simplemente creo que no es lo suficientemente maduro", dijo. "Y todavía no ha entendido bien estas últimas cosas que le faltan. Pero creo que en su propia mente está preparado para vencer a todo el mundo. Hablamos durante horas y horas. A veces no dormimos. Al principio, compartíamos habitación, nos alojábamos en el piso de abajo o nos sentábamos en la calle, hablábamos de cómo era posible... acostarse decepcionado consigo mismo. Y, por supuesto, hablamos. Es fácil hablar con él. No tiene ningún problema. Necesita ser un poco más maduro en este sentido".
"Tienes que estar preparado. Si no tienes equilibrio no importa. A este nivel, cada detalle, resulta ser mucho, cuando pierdes la concentración. Mira lo que pasó en las ATP Finals. Jugó muy bien al principio, o podías sentir los partidos así. Y tan pronto como bajas el nivel estás fuera. Puedes ver a Novak (Djokovic), Daniil (Medvedev), Rafa (Nadal), ganan o pierden, pero tienen este equilibrio, ya sabes, a veces se vuelven locos, pero siguen teniendo el mismo nivel. El nivel de Andrey, en cuanto empieza a volverse loco con estas cosas, baja. Y tiene que entenderlo", añadió.
"Así que estamos trabajando para que entienda que eso no puede ocurrir si quiere conseguir estas cosas. A veces pierde la cabeza. Y tiene que entender que a este nivel, se puede perder. Puedes perder con los mejores. A veces, estas cosas extremadamente locas que hace, es como cuando un niño coge el juguete. Cuando empieza a perder, quiere recuperar el juguete. Y entonces empieza a llorar y llorar. Necesita ser humilde y entender que tiene a alguien enfrente, como con Daniil, con quien jugó 10 veces, perdió ocho y ganó dos", concluyó.