La cancha central de
Wimbledon fue testigo de una sorpresa monumental cuando
Jessica Pegula, la número 5 del mundo, fue eliminada en la segunda ronda por la talentosa
Xinyu Wang, actual número 40 del ranking WTA. A pesar de su reciente buen estado de forma sobre hierba, Pegula no logró superar el desafío planteado por Wang, quien se impuso en tres sets con parciales de 6-4, 6-7 y 6-1.
Pegula, quien se había recuperado recientemente de una lesión, regresó al circuito con una victoria en Berlín, mostrando destellos de su mejor tenis tras una temprana eliminación en Rosmalen. Sin embargo, su rendimiento en Wimbledon fue un reflejo de los altibajos que han marcado su temporada. Después de una convincente victoria contra Ashlyn Krueger en la primera ronda, Pegula parecía lista para un profundo recorrido en el All England Club.
El partido contra Xinyu Wang comenzó con una Pegula dominante, utilizando su experiencia y precisión para llevarse el primer set por 6-4. No obstante, Wang no se dejó intimidar y mostró una notable capacidad de recuperación, llevándose el segundo set en un tie-break ajustado. En el set decisivo, Wang desató todo su potencial, dominando a Pegula con una serie de golpes ganadores y un saque implacable que la dejó sin respuesta, culminando el set con un contundente 6-1.
La inconsistencia ha sido una característica notoria en el juego de Pegula. A pesar de ser una de las jugadoras más regulares del circuito, su capacidad para mantener el nivel en momentos cruciales a menudo la ha dejado expuesta. En el partido contra Wang, Pegula tuvo el control en varios momentos del segundo set, incluyendo una ventaja de 4-2 y 5-4. Sin embargo, no pudo cerrar el set y permitió que Wang volviera al partido.
El tercer set fue un reflejo de la frustración de Pegula, quien rápidamente se vio en desventaja 0-5 antes de conseguir un juego para evitar la blanqueada. Esta derrota subraya la necesidad de Pegula de trabajar en su consistencia y en su capacidad para manejar la presión en los momentos clave.