Pocos logros en el mundo del tenis superan la sensación de ponerle fin a una buena racha del oponente. Tal es el caso del encuentro entre Serena Williams, la favorita local, y la italiana Roberta Vinci, en las semis del US Open 2015. La menor de las Williams tenía el dominio absoluto del Tour y llevaba 26 partidos sin conocer la derrota en Nueva York.
El encuentro, catalogado como una de las mayores sorpresas en la historia moderna del tenis, enfrentó a una Serena en el pico de su carrera contra la italiana Roberta Vinci, quien llegaba como una de las jugadoras cercanas al pelotón de las 10 mejores.
"Nunca imaginé que podría vencer a Serena. Ella es una leyenda y siempre ha sido mi inspiración". Este triunfo no solo marcó un hito personal para la jugadora europea, sino que también alteró el rumbo del torneo cortando lo que posiblemente habría sido el cuarto título consecutivo para la menor de las Williams.
Las cosas arrancaron bien para Serena, llevándose el set por 6-2 y mostrando buenas sensaciones. A partir de allí todo sería en favor de la italiana, quien terminaría llevándose la victoria y avanzaría a la final donde se enfrentaría a una cara conocida, su compatriota Flavia Pennetta.