Martina Navratilova y Chris Evert puede ser perfectamente considerada la mayor rivalidad de la historia del tenis y una de las principales del deporte. Después de batirse en duelo por ser la mejor jugadora del mundo, ahora ambas comparten una lucha mucho más fuerte, la de la vida. Las dos leyendas han padecido cáncer en varias ocasiones y continúan peleando por seguir entre nosotros.
No es la primera vez que la ex número 1 del mundo se enfrenta al cáncer, que ha reaparecido varias veces en los últimos años. Esta vez, Navratilova ha confesado que espera evitar más contratiempos en su recuperación. La estadounidense fue diagnosticada por primera vez en 2010.
Durante la retransmisión del US Open, Gigi Salomon, presentador de Sky Sports, preguntó a Navratilova cómo se encontraba: "¡Estoy genial, gracias! Es un placer estar aquí. Este año me siento mucho mejor que el año pasado, así que todo está en orden. Acabo de llegar hace un par de horas. Me he hecho la revisión anual y todo está bien, así que ayer fue un gran alivio".
La legendaria ex tenista se sometió a un tratamiento preventivo de radiación tras quedar libre de cáncer en 2023. En 2022, Navratilova estaba siendo tratada por los mismos médicos que su amiga y rival durante sus carreras, Chris Evert, a quien se le diagnosticó cáncer de ovario ese año.
"Estábamos tocando la misma campana, y me dije: 'Este es el tipo de competencia que realmente no queremos.' Pero debo decir que Chris ha sido una estrella. Me ha apoyado tanto en todo esto como yo la apoyé a ella hace un año, pero no sabía que iba a ser recíproco. Se ha portado genial".
"Tienes que estar en modo de juego, y ahí es donde haber sido campeón de atletismo resulta muy útil. Sabía que iba a ser duro, pero no sabía que iba a serlo tanto".
La 4 veces campeona del US Open habló de las dificultades a las que se enfrentó, especialmente con la pérdida de peso, y de cómo recibió el apoyo de Evert en los momentos más duros: "Me encanta comer, y comer fue la parte más dura de este wholetreatment", añadió. "Perdí 7 kilos, no porque quisiera, sino porque simplemente no podía meter suficiente comida en mi cuerpo".
"La radiación, la terapia de protones afecta a la garganta y a la boca, y pasan muchas cosas, y empezó a cerrarse. Ni siquiera podía bostezar. Chris me regaló un pequeño collar que llevé durante un tiempo, luego me lo quité y me lo puse", añadió Martina Navratilova. "Cuando Chris se puso enfermo, me lo volví a poner. Me dije: 'No me lo voy a quitar hasta que se ponga bien'. Así que nunca me lo quité. Al final tuve que quitármelo para ponerme la máscara, para recibir la radiación, tuve que quitármelo, así que al final me lo he vuelto a poner hoy", concluyó.