Jasmine Paolini emergió como la campeona del
Torneo de Dubái luego de que
Anna Kalinskaya tropezara en el tramo final en los Emiratos Árabes Unidos. La tenista italiana logró una victoria emocionante por 4-6, 7-5 y 7-5, asegurando así su primer título WTA 1000, siguiendo los pasos de Jannik Sinner.
La propia Paolini se benefició a principios del torneo de la retirada de Elena Rybakina debido a una gripe estomacal, lo que le permitió acceder a semifinales, donde se enfrentó a Sorana Cirstea. Kalinskaya pareció quedarse sin gasolina en el choque, tal y como ha jugado desde que se clasificó a principios de semana. Además, tras superar a Iga Swiatek en sets corridos, demostró que su final estaba en la ronda anterior.
Sin embargo, estuvo a punto de ganar. En el primer set, Kalinskaya rompió inmediatamente, pero se produjo un tira y afloja entre las dos que llevó a Paolini a ponerse 4-3 por delante. Sin embargo, en un momento vital, la italiana perdió su servicio y Kalinskaya se puso 5-4 arriba y se llevó el primer set. Kalinskaya se puso 3-1 arriba. Sin embargo, Paolini volvió a empatar en tres ocasiones seguidas, ya que los errores le estaban costando caro a Kalinskaya.
A imagen y semejanza, Paolini logró un break en el último momento para evitar el tie-break y llegó hasta el final. Kalinskaya sacó para el partido en el tercero, con 5-4 arriba. Pero se vino abajo y Paolini rompió para poner el 5-5 y, al igual que en el último set, el guión estaba preparado para que la italiana se escapara, se pusiera por delante y ya no mirara atrás con un rápido mantenimiento del servicio para hacerse con la victoria y el título. Paolini, una jugadora que no ha dejado de progresar sin un resultado que la respaldara, ya lo tiene.
También es una medida de cierta revancha del Open de Australia, donde Kalinskaya la derrotó camino de los cuartos de final en la sección abierta.