En la antesala del
Masters de Roma,
Jasmine Paolini ofreció una rueda de prensa marcada tanto por sus aspiraciones personales como por una firme muestra de apoyo a su compatriota
Jannik Sinner, recientemente reincorporado al circuito tras una suspensión por dopaje. La actual número 6 del ranking WTA se refirió a lo ocurrido como un hecho "injusto", y remarcó su confianza en la integridad del número 1 del mundo.
La jugadora toscana, de 29 años, asume este año el papel de principal referente del tenis femenino italiano, en un torneo donde reconoce que la presión por actuar en casa puede ser un factor determinante. "Roma es un torneo en el que todos los italianos quieren hacerlo bien, pero hay que mantener la calma y no tener demasiadas expectativas", declaró.
El recuerdo de su temprana eliminación en 2024 —cuando cayó en primera ronda ante Mayar Sherif— contrasta con el éxito logrado en el cuadro de dobles, donde conquistó el título junto a Sara Errani. Este año, Paolini busca dar un paso adelante también en individuales. "Espero jugar más partidos que el año pasado", comentó con una sonrisa, aludiendo al bye en primera ronda que precedió su derrota en segunda.
Al ser consultada por el regreso de Sinner, ausente del circuito por tres meses tras un caso de dopaje por contaminación, Paolini no dudó en expresar su respaldo: "Ayer me reuní con Jannik: es agradable verle de vuelta en la gira. Lo que le ocurrió es extraño y, en mi opinión, injusto. Es una persona increíble y no se merecía lo que le pasó."
La número 6 del mundo también se refirió a los desafíos que implica el control antidopaje en el deporte moderno: "La contaminación da miedo porque no tenemos control sobre todo aquello con lo que entramos en contacto. La WADA dijo que cambiará las reglas en 2027: quizá debería haberse hecho antes".