La figura kazaja del tenis femenino,
Elena Rybakina, ha decidido reforzar su equipo de trabajo con una incorporación clave. La deportista de 25 años, considerada una de las grandes promesas del circuito en la modalidad individual, ha sido objeto de críticas por la gestión de su entorno profesional, especialmente por su vínculo con el exentrenador Stefano Vukov.
El técnico, de 37 años, acompañó a Rybakina desde 2019, aunque su relación experimentó altibajos recientemente, lo que acabó en una ruptura definitiva. Durante su ausencia del equipo de la campeona de un Grand Slam, la WTA lo suspendió de forma provisional por presuntas violaciones del reglamento disciplinario.
Tras dar por terminada su etapa con Vukov, Rybakina optó por sumar a Goran Ivanisevic, expreparador del icónico Novak Djokovic. Sin embargo, la situación volvió a complicarse con el retorno de Vukov, lo que provocó la salida del antiguo campeón de Wimbledon. Distintos medios informaron que Ivanisevic no estaba conforme con el regreso del croata al entorno de la jugadora.
Los inconvenientes extradeportivos han tenido repercusión directa en el rendimiento de la kazaja, quien no ha logrado consolidarse en los torneos recientes. Este año ha disputado seis competiciones del circuito profesional, sin alcanzar una sola final. Además, su decisión de no participar en el WTA 500 de Stuttgart, donde defendía el título tras vencer el año pasado a Marta Kostyuk por un doble 6-2, podría costarle su lugar en el top 10 del ranking.
En este escenario, la tenista ha decidido apostar por una nueva figura en su equipo técnico: el preparador físico Aldo Chiari, cuya incorporación fue anunciada a través de su cuenta oficial en Instagram con un escueto pero revelador mensaje: "Bienvenido al equipo".