Aryna Sabalenka se ha sincerado sobre sus emociones al convertirse en número 1 del mundo por primera vez en su carrera en una entrevista con
Vogue. Sabalenka, de 25 años, lleva tiempo pisándole los talones a la primera cabeza de serie, Iga Swiatek, pero se había quedado a las puertas de destronarla. Su oportunidad más clara hasta ahora fue en Wimbledon en julio, cuando la derrota de Swiatek en cuartos de final significó que Sabalenka la superaría si llegaba a la final. Por desgracia para ella, perdió su partido de semifinales contra Ons Jabeur.
Sin embargo, Sabalenka vio por fin cumplido su sueño en el
US Open después de que Swiatek fuera eliminada en octavos de final por Jelena Ostapenko. Esto significa que la bielorrusa se convertirá en la número 1 de la clasificación de la WTA cuando se actualicen la próxima semana.
Sabalenka habla de emoción
En una entrevista concedida a Vogue, Sabalenka habló de sus emociones ante la consecución de semejante hazaña: "Sinceramente, estoy súper emocionada por ser la número uno del mundo, pero no cambia nada. No es que las cosas vayan a ser más fáciles para mí ahora mismo -probablemente, sí, sería mejor para mí aprender esto la semana que viene, no en mitad del torneo [risas]-, pero sí, es como es. Por supuesto, estoy muy emocionada y muy contenta de conseguir este objetivo".
También reveló que había recibido una especie de felicitación de Novak Djokovic, que la semana que viene usurpará a Carlos Alcaraz en la clasificación de la ATP: "Novak me mandó un mensaje diciendo: "Sonríe si vas a ser pronto número uno del mundo", y envió esta divertida foto de los dos. Muchos jugadores me enviaron mensajes, mucha gente".
Por último, la joven de 25 años habló de su padre, cuyo sueño era ver a su hija alcanzar el número 1 del mundo, pero que lamentablemente falleció hace unos años.
"Vi lo orgulloso que estaba de mí -cómo celebraba cada victoria, cada título- y entonces me dijo que tenía todo lo que necesitaba para lograr ese objetivo: sólo tenía que aprender a ser mejor yo misma, aprender a controlar mis emociones, y un día sería la número uno del mundo. Era como nuestro sueño", explicó.