Aryna Sabalenka sufrió de lo lindo para cerrar un encuentro que tenía ganado mucho antes de hacerlo oficialmente. La bielorrusa necesitó hasta ¡10! bolas de partido para tumbar a una correosa
Iga Swiatek. Menos mal que tenía ventaja porque en la final del Madrid Open ya tuvo opciones de hacerse con el título y no las aprovechó. En esta ocasión fue un contundente 6-3, 6-3 en semis del
Cincinnati Open.
Sabalenka llegó al choque con una desventaja de 8-3 en el mano a mano y no había ganado desde la final de Madrid del año pasado, pero no se dejó intimidar. También se vio reforzada por el retraso de la lluvia, que hizo que Sabalenka se pusiera en marcha de nuevo al regreso, después de ir ya un set arriba sobre la número 1 del mundo.
Antes del aplazamiento por lluvia, Sabalenka se vio obligada a romper el servicio en el momento oportuno. Swiatek le rompió el saque y consolidó su ventaja inicial de 2-0, anulando cualquier impulso. Sin embargo, se puso 4-2 arriba con una rotura de saque endiablada y se llevó el primer set por un contundente 6-3.
Sin embargo, un pequeño retraso hizo que Swiatek perdiera el ritmo y las opciones de volver a la eliminatoria. Su derecha empezó a fallarle y la presión parecía estar afectándola, ya que Sabalenka tenía muchas oportunidades de ganar y las aprovechaba una y otra vez, incluso cuando las fallaba.
Sabalenka dispuso de tres oportunidades de ruptura en el 1-1, por ejemplo, antes de sentenciar finalmente el partido con un 5-1 a su favor. Sabalenka dispuso de 7 puntos de partido, pero los desaprovechó todos, mientras Swiatek luchaba, pero sólo con su saque, ya que Sabalenka seguía sacando para ganar.
Además, en medio de todo esto, una llovizna seguía rondando Cincinnati, lo que resultaba molesto y amenazaba con descarrilar el partido una vez más. Sabalenka, por supuesto, necesitaba desesperadamente acabar el partido. Pero el desastre llegó cuando Sabalenka se rompió en el 2-5 después de haber tenido dos puntos de partido más y haber remontado un 40-15 en contra.
En el siguiente juego se puso 40-30 abajo con el saque de Swiatek, pero logró darle la vuelta para sellar la victoria finalmente en su décima bola de partido. En la final se enfrentará a la vencedora del choque entre
Jessica Pegula y
Paula Badosa, una de sus mejores amigas en el circuito, con la que ya ha estado a punto de enfrentarse recientemente en un encuentro por el título pero no del calibre de un WTA 1000. También se han medido varias veces este año, pero para que ocurra de nuevo, la española tendrá que deshacerse de una de las jugadoras más en forma del momento, la ganadora del Open de Canadá.