Amanda Anisimova está concretando un retorno soñado al circuito de la WTA. La estadounidense se tomó un tiempo fuera de las pistas para priorizar su salud mental y en este retorno ha conseguido clasificar por primera vez a una final de un torneo WTA 1000. La jugadora de 22 años definirá la final del Open de Canadá.
La ex número 21 del mundo ha tenido que recurrir a la fase previa en las últimas semanas debido a su clasificación protegida y luchó por entrar en Washington la semana pasada, donde subió en su clasificación con una actuación en cuartos de final. Esta semana volvió para enfrentarse a Caroline Dolehide, que la había derrotado en Washington.
Esta vez, Anisimova se tomó la revancha sólo unos días después de su último enfrentamiento. Pero a partir de ahí empezó su racha. Derrotó a Daria Kasatkina y se impuso a Anna Kalinskaya antes de que una enfermedad pusiera fin a la racha de esta última. Aryna Sabalenka la derrotó por última vez al comienzo de su regreso.
Pero ahora es 6-2 a favor de la estadounidense que parece tener el estilo de juego para hacer fracasar a la bielorrusa ya que se impuso por 6-4 y 6-2. Esto continuó cuando
Emma Navarro fue derrotada aunque en tres sets.
El año pasado, Navarro pasó por torneos menores de la ITF y la WTA, por lo que no era una adolescente prodigio como Anisimova. Pero mientras ella se ha incorporado al cuadro principal, Anisimova casi ha dicho no os olvidéis de mí. Lo demostró con una victoria por 6-3, 2-6 y 6-2.
Se emocionó al sentenciar el partido. El público la recibió con los brazos abiertos y demostró lo que significa para ella. No han sido los meses más fáciles para Anisimova desde principios de año.
Su regreso en primer lugar, cuando parecía que el tenis se quedaría atrás, ya era bastante increíble. Pero desde entonces ha tenido lesiones y la forma no le ha acompañado. Pero todo merecerá la pena por momentos como éste. Mañana se enfrentará a la ganadora del duelo entre Diana Shnaider y Jessica Pegula en la final de Canadá.