Andy Roddick atiza a los que creen que el tenis puede ser como el béisbol por los maleducados de las gradas

Noticias tenis
miércoles, 05 junio 2024 en 12:09
roddick
La reciente polémica en torno a Iga Swiatek en Roland Garros, quien increpó al público tras un partido, y las declaraciones de David Goffin sobre cómo los aficionados franceses se están convirtiendo en hooligans, ha generado un intenso debate en el mundo del tenis. Andy Roddick, ex número uno del mundo, ha ofrecido su perspectiva sobre este delicado asunto, cuestionando las sugerencias de permitir mayor libertad de movimiento y ruido entre los espectadores durante los partidos, similar a lo que se permite en el béisbol.
Algunos han propuesto que los aficionados puedan deambular libremente y hacer ruido durante los partidos de tenis, como ocurre en los partidos de béisbol. Sin embargo, Roddick refuta esta comparación, señalando diferencias cruciales entre los dos deportes. En el béisbol, el ruido del público no interfiere con el lanzamiento de la pelota, ya que el lanzador no depende del sonido para realizar su lanzamiento. En contraste, en el tenis, los jugadores dependen en gran medida de poder escuchar el sonido de la pelota al salir de la raqueta del adversario.
Roddick explica que escuchar el sonido de la pelota es fundamental para los tenistas, ya que les proporciona información crucial sobre el tipo de golpe que se ha realizado. “Lo primero que oímos como tenistas es el sonido de la raqueta del contrario”, afirma Roddick. Este sonido les permite identificar si la pelota ha sido golpeada con firmeza, si ha sido un golpe descentrado, un cortado, o cualquier otro tipo de tiro. Esta capacidad auditiva es esencial para que los jugadores puedan reaccionar en fracciones de segundo, especialmente durante los saques, donde tienen menos de medio segundo para moverse y cubrir hasta dos metros en cualquier dirección.
Permitir que los espectadores se muevan libremente y hagan ruido durante los partidos podría afectar significativamente la capacidad de los jugadores para percibir estas señales auditivas vitales. Roddick subraya que los tenistas han desarrollado estos instintos a lo largo de muchos años y horas de entrenamiento y competición. Este tipo de ruido adicional podría no solo afectar la calidad del juego, sino también favorecer un ambiente de mayor hostilidad, especialmente en lugares como Francia, donde los aficionados ya tienden a ser muy apasionados y partidarios de sus compatriotas.
Además, Roddick destaca que el respeto hacia el trabajo y el esfuerzo de los tenistas debe ser una prioridad. “Hemos construido este instinto a lo largo de nuestras vidas y a lo largo de horas y horas de juego”, dice Roddick, enfatizando que la dedicación y el sacrificio de los jugadores merecen un entorno de competición que respete estas necesidades. El ruido excesivo y la distracción constante de los espectadores no solo menoscabarían la concentración de los jugadores, sino que también desvirtuarían la esencia del deporte.