El silencio está a punto de romperse. El número 1 del mundo, Jannik Sinner, cuenta las horas para volver a donde pertenece: la pista. Tras cumplir dos meses de su sanción de tres impuesta por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), el campeón italiano regresa a los entrenamientos en el Monte-Carlo Country Club, su refugio habitual y ahora también el punto de partida para su redención.
Y no lo hará solo. A su lado podría tener a otro gigante del tenis italiano: Matteo Berrettini. Un amigo, un aliado, un hermano de batallas vestido de sparring de lujo.
La sanción, aceptada en febrero, le había prohibido a Sinner entrenarse en sedes afiliadas a la ATP, WTA, ITF o federaciones nacionales. Ni siquiera podía practicar con jugadores profesionales, en ninguna parte del mundo. Fue un período de exilio silencioso para el joven prodigio de 23 años, triple campeón de Grand Slam, que vio cómo pasaban tres Masters 1000 sin poder defender su trono... pero sin perder su corona.
Este lunes, con el reloj marcando dos meses exactos desde el inicio de la sanción, Sinner vuelve a respirar tenis real. Vuelve a su base. A su equipo. A sus golpes. Y lo hace con el permiso oficial para entrenar en Montecarlo, bajo la atenta mirada de Simone Vagnozzi y Darren Cahill, los artífices de su ascenso meteórico.
Según revela La Gazzetta dello Sport, entre los nombres que podrían compartir pista con Sinner está Matteo Berrettini, ex número 6 del mundo y actual cabeza de serie número 32 en el Abierto de Madrid. Berrettini ha sido una figura clave en la historia reciente del tenis italiano. No solo por su talento, sino por su humanidad.
“Hablé con Jannik hace unas semanas. Sabe que, si necesita una mano, estaré encantado de ayudarle”, declaró Berrettini desde Montecarlo, tras su victoria sobre Alexander Zverev en segunda ronda.
¡Sinner y Berrettini se llevan el primer set! 🇮🇹
— Copa Davis (@CopaDavis) November 21, 2024
Italia está a un parcial de las semifinales en la Davis.#CopaDavis I @federtennis pic.twitter.com/OkhmTvrtJQ