Daniil Medvedev, como era previsible después de su participación hasta altas horas de la madrugada, se vio compelido a expresar sus frustraciones. No obstante, lo hizo de una manera intrigante y posiblemente arriesgada durante su enfrentamiento contra Emil Ruusuvuori, logrando una notable recuperación para superar al jugador finlandés y avanzar a la tercera ronda.
Después de varios partidos de tres horas, Medvedev se vio obligado a jugar hasta media mañana en Australia, y el partido acababa de terminar hace poco en el momento de escribir estas líneas, y normalmente los jugadores destrozan sus raquetas, pero Medvedev lo hizo de otra manera.
Decidió coger su raqueta y utilizarla como una bola de bolos contra las latas de tenis que estaban sentadas junto a su asiento en la Rod Laver Arena, golpeándolas y recibiendo una advertencia del juez de silla. Sin embargo, podría haber salido terriblemente mal, ya que la raqueta podría haber salido disparada hacia los espectadores.
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