Carlos Alcaraz ha recibido todos los adjetivos del mundo durante su ascenso en la clasificación del tenis, y con razón. Lo ha vuelto a demostrar en su choque decisivo con
Novak Djokovic en las semifinales de
Roland Garros.
Con 1-1 y con su saque en el segundo set, Alcaraz parecía que iba a perder un punto cuando de repente se inventó el mejor golpe del año. Djokovic se echó las manos a la cabeza cuando Alcaraz se sacó de la chistera un increíble passing shot que botó en la línea de fondo, y que provocó tanto la ovación del propio Novak como la del público de la Philippe Chatrier.