Dominic Thiem vivió momentos muy duros en su vuelta a la competición tras una lesión, pero nunca perdió la esperanza de volver a su mejor tenis.
El austriaco tuvo momentos en los que pensó si todo merecía la pena y si debía dejar el tenis, pero al final decidió no hacerlo porque siempre sintió un fuego encendido y el deseo de seguir compitiendo. Últimamente está viendo cómo ese esfuerzo se traduce en buenas actuaciones y resultados decentes.
Aún le queda camino por recorrer antes de recuperarse del todo, pero al menos tiene mejor aspecto y así lo ha demostrado en sus actuaciones más recientes.
Durante su estancia en el Masters 1000 de Montecarlo, Thiem admitió: "En el fondo, tenía la sensación de que todavía tengo algo dentro, o al menos quiero intentarlo. Si no hubiera tenido esa sensación, probablemente habría parado. En la superficie parecía que había perdido la esperanza. Pero en mi interior siempre había un pequeño fuego, una pequeña luz".