Rafael Nadal se ha puesto las pilas de cara a la temporada de tierra batida para estar listo antes del
Masters 1000 de Montecarlo. Aunque en el caso del español, se apresura a hacer un "haz lo que puedas" por encima de su certeza de llegar a
Roland Garros en forma.
Nadal tiene en cuenta todos sus recientes problemas de lesiones y, en particular, el intento de jugar varios torneos, entre ellos el Abierto de Australia, Doha e Indian Wells, y tener que retirarse en el último momento. Por supuesto, la tierra batida es una superficie que le encanta, pero está allí con más precaución de cara a las próximas semanas. Ha dicho que se siente bien, pero que no se conocerá a sí mismo hasta que vuelva a la pista.
Su único torneo esta temporada ha sido el Internacional de Brisbane, en enero, donde perdió contra Jordan Thompson en tercera ronda y sufrió un microdesgarro en el muslo que le apartó de la consideración para otros torneos y, aparte de la exhibición del Netflix Slam, no ha vuelto a jugar desde entonces.
"Haré todo lo posible para intentar empezar la temporada de tierra batida, que es mi objetivo, estoy trabajando para ello y esforzándome para conseguirlo, pero no me atrevo a decir nada sobre lo que pueda pasar porque últimamente me resulta difícil hacer pronósticos, por desgracia", dijo Nadal
según el medio español Marca.
"No he dejado de entrenar en ningún momento. Lo intento todo el tiempo. Me siento bien, sólo que no he conseguido seguir el calendario que me hubiera gustado. Espero que las cosas puedan cambiar, pero como puedes imaginar no puedo decirlo porque ni yo mismo lo sé", comentó el 22 veces campeón de Grand Slam.