La tarde del lunes fue testigo de uno de los momentos más conmovedores en la historia reciente del tenis. Rafael Nadal, 14 veces campeón de Roland Garros, fue eliminado en la primera ronda de la edición de 2024 por Alexander Zverev, un resultado que todo el mundo esperaba, por la situación de ambos, pero que dejó un gran sabor de boca por el rendimiento del español. Con una derrota por 6-3, 7-6(5), 6-3, Nadal puso fin a su participación en el torneo.
Visiblemente emocionado, Nadal se dirigió al público en la Philippe-Chatrier, dejando entrever que este podría no haber sido su último partido en Roland Garros. "La cantidad de energía… me resulta difícil hablar. No sé si será la última vez aquí frente a todos ustedes. Existe un alto porcentaje de que no vuelva aquí. Quizá en dos meses diga que lo dejo, pero me gustaría volver a esta pista una vez más", empezó diciendo Rafa.
"Disfruto mucho jugando y viajando con la familia. El cuerpo se siente mejor que hace 2 meses. Quizás en 2 meses diga que es suficiente. Pero es algo que aún no siento. Espero volver a esta cancha para los Juegos Olímpicos. Eso me motiva. Esa será otra oportunidad. El público estuvo increíble durante toda la semana de preparación. Hoy los sentimientos que tengo son difíciles de describir con palabras. Para mí es muy especial sentir el amor de la gente en el lugar que más amo", añadió el manacorí, con la voz quebrada por la emoción.
El partido comenzó con un ritmo intenso, con Zverev demostrando una agresividad y precisión impresionantes. Nadal, que ha luchado con lesiones y problemas físicos en los últimos años, parecía un poco fuera de ritmo. Zverev aprovechó cada oportunidad, rompiendo el servicio de Nadal en los momentos cruciales y manteniendo su propia consistencia al servicio.
En el segundo set, Nadal mostró destellos de su antigua grandeza, llevándolo a un tiebreak. Sin embargo, Zverev mantuvo la compostura y cerró el set con un 7-5 en el desempate. El tercer set vio a Nadal intentando una remontada, pero Zverev fue implacable, asegurando la victoria con un sólido 6-3.
El público en la Philippe-Chatrier respondió con una ovación atronadora, reconociendo la grandeza de Nadal y su contribución al tenis. Rafa ha sido sinónimo de Roland Garros desde que ganó su primer título allí en 2005. Su dominio en la tierra batida es legendario, con un récord de 14 títulos en el torneo, más que cualquier otro jugador en la historia. Sus batallas épicas, su resistencia y su espíritu indomable han dejado una huella imborrable en el deporte.