Hoy nos hemos levantado con la triste noticia de la no participación de Rafa Nadal en el próximo
Open de Australia. El maracorí sufrió una microrotura durante su partido frente a Jordan Thompson en Brisbane que le va a impedir poder estar en el inicio del primer Grand Slam del año en Melbourne el próximo domingo 14 de enero.
Desde el equipo de Rafa siempre se habló de
Roland Garros como el principal objetivo de su 2024 tras pasarse en blanco casi todo el 2023. El plan era iniciar en Brisbane, coger algo de ritmo en el Open de Australia y posteriormente ir enfocándolo todo hacia la tierra batida.
Lo cierto es que no sabemos si tenían pensado que jugara
Indian Wells sólo o también acudir a Miami. Tras lo ocurrido en Brisbane, sinceramente creo que Rafa debería centrarse en la temporada de tierra batida y dejar a un lado la posibilidad de acudir a Estados Unidos para disputar los Masters 1000.
Suponemos que Rafa ahora se recuperará tranquilamente de su lesión en Mallorca y podría volver a competir en febrero en torneos como Buenos Aires (12-18) o Río de Janeiro (19-25). Es cierto que el problema del mes de marzo es que no hay calendario ATP alternativo al de Miami e Indian Wells y suponemos que Rafa intentará seguir cogiendo ritmo antes de afrontar el inicio de la gira tradicional de primavera de tierra a partir del 7 de abril en Montecarlo.
Veremos lo que ocurre, pero para al maltrecho físico de Rafa meterle antes de la temporada de tierra dos torneos sobre pista dura no parece la decisión más lógica. El objetivo primordial debe ser (y siempre ha sido) llegar en plena forma a Roland Garros (26 de mayo) y los Juegos de París (27 de julio). Para ello, lo más inteligente por su parte sería pasar de la gira americana ahora y de la de hierba incluyendo
Wimbledon tras Roland Garros (ahí Rafa deberá determinar si para él es más importante intentar volver a ganar en el All England Club otra vez o otro Oro olímpico). En fin, queda mucho para eso.
De momento, tras Brisbane, la buena noticia es que hemos visto a un
Rafael Nadal con un nivel tenístico alto, con un revés mejorado y con un saque brutal que se ve que ha estado practicando durante su larga lesión. La mala, obviamente, es que va a tener que parar, pero después de un año en blanco pensar en hacer 3 partidos sobre pista dura a máxima exigencia y no resentirse es casi una utopía.
Veremos lo que va ocurriendo...