Daniil Medvedev ha regresado a la élite con un reciente título en Almaty, pero el camino estuvo marcado por dudas y un estallido de ira que obligó a un cambio radical. El ex número 1 del mundo no rehúye hablar de sus temores sobre el paso del tiempo, su nueva filosofía del riesgo y la inevitable separación de su entrenador de toda la vida, Gilles Cervara.
La reciente gira asiática fue, ante todo, una batalla psicológica. Medvedev confiesa en una entrevista con
Bolshe que las dudas sobre su futuro se instalaron tras la gira estadounidense. “Hubo un momento de miedo [en la gira estadounidense], pensando: ‘Quizá ya no pueda jugar como antes’. Tengo 29 años y hay ejemplos de tenistas… que ya no pudieron jugar igual. Pero en Mónaco entrené a un nivel en el que, probablemente, nadie salvo Sinner o Alcaraz me habría ganado. Ahí dije: ‘Ah, vale, todavía sé cómo’.”
Medvedev es conocido por su mente analítica, incluso al evaluar jugadas de riesgo. El ruso sostiene que el riesgo siempre debe estar justificado y que a menudo es la única opción ante la élite. “El riesgo es riesgo, pero en mi cabeza está justificado por algo. Cuanta más confianza tienes, más arriesgas. De ahí la frase: ‘Quien no arriesga no bebe champán’. Es verdad y no lo es, pero si no tienes confianza y arriesgas con todo, igual vas a perder y te vas a sentir peor.”
El jugador explica esta lógica con su segundo saque, especialmente ante restadores agresivos: si vas a perder el punto con un segundo saque blando, es mejor arriesgar una doble falta a cambio de un posible ace.
El incidente del US Open: “No tenía núcleo interior”
El momento más crítico de su temporada fue el partido contra Benjamin Bonzi, donde perdió la compostura. El ruso explica ahora que el estallido surgió de una debilidad interna. “Sentí que mi yo interior, mi ‘núcleo interno’, no estaba en ese partido. Por eso pasó todo. Me ayudó a darme cuenta de que ‘Ok, tengo que cambiar algo en mí y a mi alrededor ahora mismo’.”
Aprovechó al público a su favor después de la decisión, pero remarcó que lamenta el espectáculo generado para su rival. “No estaba molesto con el fotógrafo. Estaba molesto con la decisión… Pensé que era muy injusto para él [Bonzi] perder ese partido, y en cierto modo, me alegra no haberlo ganado.”
Las consecuencias, incluida una gran multa, agudizaron la visión de Medvedev sobre la percepción pública. “Pedí perdón a las personas a las que sentí que debía pedir perdón. No creo que tenga que pedir perdón al mundo entero… Prefiero ser quien soy en la pista y ser una buena persona en la vida, que lo contrario.”
También comparó la sanción económica con el juego: “No sientes el dinero mientras estás jugando”, señaló, explicando que el sistema de multas de la ATP está estructurado para que los jugadores paguen con su premio.
Daniil Medvedev ganó el título del Almaty Open tras 29 meses sin trofeos. En ese tiempo perdió 6 finales seguidas.
La ruptura con Cervara y la nueva estructura
La decisión de separarse de Gilles Cervara tras una década de trabajo fue consciente y llegó después del US Open, no fue un arrebato emocional. “Hablamos. Fue una excelente conversación entre dos adultos que lo entienden todo perfectamente y están muy felices por lo que lograron juntos. Creo que siempre mantendremos una relación excelente.”
Tras la separación, Medvedev se puso en el rol de “jefe de mi propia empresa”, llamando a candidatos potenciales, incluido Thomas Johansson. La clave para el nuevo equipo es no alterar la esencia de su juego.
“Mi juego está bien. Con él fui número uno del mundo, está bien. Solo hay pequeños detalles que podemos corregir o pulir. Esto no ha cambiado y no cambiará mi vida tenística.” Johansson viajará extensamente, mientras que Rohan [Goetzke] aportará una perspectiva externa. El foco está ahora en perfeccionar su juego de red y volea, asegurando que los movimientos sean automáticos y no requieran pensamientos conscientes en los puntos cruciales.