Stan Wawrinka prepara su regreso en su 25.ª temporada con una sorprendente reaparición en Auckland

Stan Wawrinka se niega a bajar el telón de su ilustre carrera por ahora. A pesar de acercarse a su 41º cumpleaños, la leyenda suiza está planificando activamente su calendario para la temporada 2026, que marcará su 25º año en el circuito profesional. Lejos de hablar de retiro, “Stan the Man” busca nuevos retos y ha confirmado un destino sorprendente para arrancar su campaña. Tras casi dos décadas, regresará al ATP 250 ASB Classic en Auckland, Nueva Zelanda.

Actualmente fuera del top 150 del ranking mundial, Wawrinka entiende que sus oportunidades en el gran escenario son cada vez más escasas. Sin embargo, el triple campeón de Grand Slam sigue decidido a exprimir hasta la última gota de un viaje que comenzó en 2002. Su vuelta a Auckland tiene un toque nostálgico; sus últimas apariciones allí se remontan a 2006, cuando alcanzó las semifinales ante Mario Ancic, y a una derrota en primera ronda en 2007 frente a Nicolas Almagro.

La motivación de esta longevidad no tiene ya que ver con perseguir puntos o premios. Wawrinka ha dejado claro que la adrenalina de la competición y la conexión con el público son drogas de las que no está listo para desengancharse. Admitió recientemente que la energía que recibe de los aficionados es insustituible, y reconoció que, cuando cuelgue la raqueta, ese subidón emocional será imposible de replicar en otro ámbito de la vida.

Su fuego competitivo quedó en evidencia en las últimas semanas de la temporada 2025 en los Hellenic Championships de Atenas. Wawrinka encandiló al público griego con una remontada vintage ante Botic van de Zandschulp, levantando un set en contra para imponerse en un apretado partido a tres mangas. Aunque finalmente cayó en segunda ronda ante el inspirado Lorenzo Musetti, el duelo fue una batalla extenuante que demostró que su legendario revés a una mano aún muerde.

No solo el cuadro masculino contará con realeza del tenis desafiando al paso del tiempo en Nueva Zelanda. Los organizadores del torneo han logrado un golpe maestro al asegurar también la participación de Venus Williams. La icono estadounidense se prepara para su asombrosa 33ª temporada consecutiva en el circuito. Clasificada en el Nº 570, sigue siendo la jugadora más veterana con ranking WTA, cinco años mayor que sus pares de edad más cercanas como Bethanie Mattek-Sands.

Williams conoce bien el éxito en suelo neozelandés, tras levantar allí el trofeo en 2015. Aquella victoria, en la que derrotó a Caroline Wozniacki en la final, supuso el 46º de sus 49 títulos. Será su sexta aparición en el evento, donde también alcanzó la final en 2013 y los cuartos de final en 2018. Su presencia junto a Wawrinka convierte a Auckland en una celebración de una longevidad tenística sin parangón.

Las recientes actuaciones de Wawrinka en Grecia explican exactamente por qué sigue exigiéndole a su cuerpo por este deporte. “Es una gran razón por la que sigo haciéndolo, estar lleno de emoción, ver a los fans apoyarme, darme tanta energía”, dijo Wawrinka tras su triunfo en Atenas. “Sigue siendo increíble. Sé que el día que pare no lo encontraré en ningún otro lugar.”

Incluso en la derrota, su nivel sigue siendo competitivo. Su caída ante Musetti fue un apretado partido a tres sets (6-4, 6-7, 6-4) ante un jugador que lucha por un lugar en las ATP Finals. Wawrinka reconoció el desafío de medirse a la generación más joven, pero pareció revitalizado por ello. “Está jugando muy bien. Le he visto muchos partidos este año, así que tengo ganas de enfrentarme a él y ver dónde estoy”, señaló antes del encuentro.

Para Wawrinka, el viaje a Oceanía representa algo más que una gira de despedida nostálgica; es una prueba crítica para su futuro. Con su ranking actualmente rondando el Nº 158, el suizo sabe que los resultados de este próximo tramo serán definitivos. Auckland ofrece el primer escenario para comprobar si su cuerpo puede resistir otro año de exigencia frente a rivales con la mitad de su edad, o si 2026 será por fin el último baile de uno de los grandes del juego.