Lucas Pouille regresó del abismo tras sus problemas fuera de la pista con el alcoholismo y la depresión para alcanzar la segunda ronda de la fase previa de
Roland Garros.
Pero a su regreso a Rennes, la noticia fue devastadora, ya que su casa fue saqueada mientras se encontraba en París.
Se robaron más de 600.000 euros en objetos de valor, incluidas joyas y relojes de lujo.
Según las fuentes, esto se descubrió mientras jugaba en los dobles mixtos y fue eliminado en la primera ronda.
Es una noticia desoladora para Pouille, que se ha reconstruido a sí mismo desde el borde del abismo y fue una de las principales noticias positivas de la primera semana en París.
"No puedo imaginarme cómo se siente después de un camino tan largo, luchando contra la depresión y el alcoholismo, y de alguna manera ha conseguido darle la vuelta a la situación en este torneo", declaró Laura Robson a Eurosport en aquel momento sobre su vuelta de la depresión.
"Espero que, pase lo que pase [contra Norrie], mantenga su nivel, porque debería estar mucho más arriba. Le hemos visto en lo más alto del juego y esperamos que pueda volver a estar entre los 100 primeros, porque sería una locura ver más escenas como ésta".
"Has caído a lo más bajo y crees que no hay vuelta atrás. De alguna manera, se las ha arreglado para abrirse paso a través de la fase de clasificación hasta el cuadro principal, ganar un duro partido de primera ronda y ahora no hay ninguna expectativa sobre él de cara a hoy".
