El histórico triplete de Italia en la
Copa Davis ha despertado una nueva ola de orgullo en el tenis italiano, pero también reabrió un debate que persigue al equipo desde hace semanas: la ausencia de
Jannik Sinner en las Finales de 2025. Mientras los críticos cuestionaron el compromiso del No. 1 del mundo tras su baja del evento, el capitán Filippo Volandri ha ofrecido ahora su defensa más clara y contundente, insistiendo en que el triunfo en Bolonia demuestra que el país es mucho más que un equipo de un solo hombre.
Sinner, que lideró a Italia hacia la gloria en la Copa Davis en 2023 y 2024, decidió saltarse las Finales este año, alegando la necesidad de recuperarse al final de una temporada extenuante. La decisión desencadenó una ola de críticas en ciertos sectores de los medios italianos y un debate emocional entre los aficionados. Las expectativas eran altísimas por el estatus de Sinner y la defensa del título del equipo, y su baja se interpretó ampliamente como un golpe fatal a las opciones de Italia. Sin embargo, lo que ocurrió en Bolonia fue lo contrario: el fondo de armario de Italia brilló como nunca.
Con Matteo Berrettini y Flavio Cobolli asumiendo roles protagónicos, Italia derrotó a España por 2-0 para conquistar un tercer título consecutivo de Copa Davis, un logro que sitúa a esta escuadra entre las más dominantes de la era moderna del evento. Los jugadores compitieron con la templanza de campeones curtidos, asumieron la presión de jugar en casa y la responsabilidad de mantener una herencia ganadora forjada durante tres temporadas. Lejos de venirse abajo bajo la lupa, el equipo ofreció una de sus actuaciones colectivas más completas.
Para Volandri, esta victoria no solo fue inesperada para los de fuera, fue profundamente emocional. El capitán subrayó que esta edición tuvo un peso singular porque muchos dudaban de la capacidad de Italia para alzar el trofeo sin la mayor estrella del país.
“Este año se logró algo extraordinario con la victoria en la Copa Davis. Ganar tres títulos consecutivos fue la hazaña del año”, dijo Volandri a
Gazzetta Italy. “Con tres jugadores diferentes, muchos nuevos y muchos debutantes, es la señal de un movimiento saludable.”
Redoblando el apoyo al No. 1 de Italia
El capitán italiano no rehuyó abordar la polémica de frente, defendiendo la decisión de Sinner y resaltando la fuerza del colectivo. “Jannik tenía razón. Seguimos siendo un equipo fuerte”, insistió. “Es una victoria distinta a las demás, quizá la más sentida, junto con la primera; diferente pero igual de emocionante.”
Team Italy hugging and celebrating Davis Cup Final win 2025
Volandri recalcó que la Copa Davis rara vez se gana con una sola superestrella. Requiere, en cambio, una base amplia de jugadores capaces de dar un paso al frente cuando el momento lo exige. “Tengo la suerte de contar con tantos jugadores”, añadió. “No siempre se gana la Copa Davis con el número uno o dos del mundo, sino con muchos jugadores a quienes se les pide un rol que han desempeñado de forma brillante.”
Berrettini recuperó la forma que en su día lo llevó a una final de Wimbledon, mientras Cobolli asumió la presión de un papel decisivo en las Finales, mostrando una madurez muy por encima de su ranking. Sus actuaciones validaron la convicción sostenida de Volandri en la solidez estructural de Italia, construida sobre una generación de talento de alto nivel más que sobre un solo pilar.
Una cultura de unidad: La columna vertebral de una dinastía
Si hay un rasgo definitorio en el dominio de Italia durante los últimos tres años, Volandri cree que no es el talento, sino la química. “La verdadera fuerza del equipo radica en que son chicos que se llevan bien”, explicó. “Después de la victoria, los llamé uno por uno para decirles lo importantes que fueron.”
El capitán puso como ejemplo perfecto a Lorenzo Sonego. Pese a tener un ranking alto, Sonego no jugó durante las Finales, pero su contribución entre bastidores fue vital. “Incluso un jugador como Sonego… trabajó muy duro por el equipo, junto a Matteo, para que Flavio se sintiera en su mejor versión”, dijo Volandri. El mensaje es claro: cada título que Italia ha ganado en esta racha se forjó no solo con los puntos sumados en la pista, sino con la atmósfera construida fuera de ella.
En las últimas tres temporadas, Italia ha alcanzado un nivel de cohesión poco común, en el que cada jugador —ya sea compitiendo, apoyando, entrenando o aconsejando— abraza una identidad colectiva. “Durante los últimos tres años, el equipo, independientemente de quién sea convocado o quién juegue, se respalda y se apoya, y para mí eso es muy importante”, concluyó Volandri.