La estrella italiana del tenis Jannik Sinner ha vuelto a hablar de sus dificultades durante la fase del escándalo de dopaje. El tenista de 23 años, considerado uno de los mejores jugadores del mundo en la categoría individual, junto con el español Carlos Alcaraz, ha sido noticia también por motivos equivocados.
Sinner dio positivo por una sustancia prohibida, el Clostebol, en dos controles antidopaje. Sin embargo, el actual número uno del mundo logró librarse de una posible sanción después de que la Agencia Internacional para la Integridad del Tenis (ITIA) aceptara la respuesta del abogado del jugador, que alegó que la presencia de una sustancia prohibida en la muestra del jugador en una cantidad mínima se debía a que éste había recibido una crema de un miembro del cuerpo técnico para tratar una lesión.
Esta decisión fue muy criticada por algunos sectores de la comunidad tenística, que exigieron un trato más uniforme para todos los jugadores implicados en este tipo de polémicas. Sinner, que terminó la temporada 2024 como número uno del mundo y tiene una ventaja de más de 3.000 puntos de rating sobre su rival más cercano Alexander Zverev, ha sido citado recientemente en un reportaje en el que hablaba de las dificultades a las que se enfrentó durante el tiempo que duró el escándalo de dopaje. El dos veces ganador de un Grand Slam declaró que le costaba acercarse a la gente e incluso pasaba noches en vela.
"Fue una época dura", dice. "No podía hablar de ello con nadie. No podía desahogarme ni pedir ayuda. Todos los que me conocían y me veían jugar comprendían que me pasaba algo. Pasé noches en vela, porque aunque estés seguro de tu inocencia, sabes que las cosas son complejas. Todo el mundo dijo enseguida la verdad y eso me permitió jugar. Pero en Wimbledon fui blanco. E incluso después, mi relación con la gente era temerosa. Entré en el entrenamiento en la sede del club de Cincinnati y pensé: '¿Cómo me están mirando? ¿Qué piensan realmente de mí?' Me di cuenta de quiénes son mis verdaderos amigos".