El número uno del mundo,
Jannik Sinner, ha abordado con claridad y firmeza los rumores recientes que han rodeado su vida personal, al tiempo que ha compartido reflexiones sobre su preparación y estado emocional de cara a su regreso en el
Masters de Roma.
Durante su comparecencia previa al torneo, el tenista italiano zanjó cualquier especulación sobre una supuesta relación con la modelo rusa Lara Leito, tras la difusión de imágenes de ambos en el Club de Tenis de Monte-Carlo. "Hay mucha atención. Me sorprendió ver algunas fotos. No estoy en una relación", declaró con contundencia Sinner, marcando distancia respecto a cualquier narrativa mediática no deportiva.
Cabe señalar que el jugador nunca confirmó públicamente la finalización de su anterior vínculo con la también tenista Anna Kalinskaya, lo que alimentó aún más los rumores. No obstante, sus declaraciones apuntan a un deseo explícito de proteger su privacidad en esta etapa de su carrera.
En el plano estrictamente deportivo, Sinner reconoció que su cuerpo aún está en proceso de adaptación tras el receso competitivo. "El cuerpo todavía necesita ajustarse. Las ampollas en las manos vuelven cuando uno no está acostumbrado, pero todo está bien", comentó. Esta será una prueba clave en su camino de vuelta a la competición, especialmente sobre superficie de arcilla.
El italiano también hizo referencia a las restricciones que enfrentó recientemente, vinculadas a una sanción de la que no se conocen todos los detalles públicamente, pero que afectó su presencia en eventos deportivos. "No podía ni siquiera asistir a un partido de fútbol o apoyar a mis amigos en el ciclismo o el automovilismo", reveló, subrayando el impacto emocional de dichas limitaciones.
Sinner explicó que aceptar la sanción no fue una decisión sencilla. "Al principio no quería hacerlo. Sé lo que pasó realmente, pero a veces hay que tomar la mejor decisión en un momento muy malo", confesó, dejando entrever una situación compleja que prefirió manejar en silencio.
Más allá de lo físico, el tenista compartió cómo los últimos meses representaron un periodo emocionalmente exigente. "El año pasado fue muy difícil. Tuve mucha presión personal. No podía hablar con mucha gente. Estaba en una situación complicada durante el Abierto de Australia", explicó. El descanso, aunque forzado, fue finalmente beneficioso: "Pasé tiempo con mi familia y traté de prepararme mentalmente para cuando regresara a las pistas".
Consciente de la incógnita sobre su estado competitivo actual, Sinner concluyó: "Lo que me falta es saber cuál es mi nivel. Eso vendrá poco a poco con el tiempo de juego. Tras la primera ronda, tendré una imagen más clara de dónde me encuentro".