Ion Tiriac no tiene una visión muy optimista del caso de dopaje de Simona Hale, alegando que el hecho de que no juegue es básicamente el final de su carrera tenística.
Simona Halep lleva alejada del tenis desde el año pasado debido al caso de dopaje que se abrió cuando dio positivo por una sustancia prohibida. Las irregularidades en su pasaporte biológico añadieron este año otro cargo a su caso que hizo su regreso aún menos probable de lo que ya era.
La rumana publicó múltiples declaraciones quejándose del proceso porque todo este tiempo perdido es un tiempo valioso que nunca recuperará. Para una jugadora que ya no es la más joven, es un problema, una Tiriac significa básicamente que su carrera tal y como la conocemos ha terminado:
"En mi opinión, han acabado con la carrera de Simona, y alguien tiene que responder aquí. ¿Cuánto puede pedir
puede pedir Simona? ¿100 millones, 200? ¿Quién es el culpable? Alguien,
sin embargo, es culpable, pero es triste lo que le está pasando a Simona. Yo no
lo comparo con el hecho de que seamos rumanos o no sé qué. Cuando
alguien te abofetea, si no le devuelves la bofetada -mi padre me lo enseñó hace 80
hace 80 años- significa que eres un siervo y sólo estás de rodillas".
Orgullo rumano
Tiriac siempre estuvo orgullosa de ser rumana, al igual que Halep, a pesar de algunos estereotipos negativos que tiene la nación. Explicó cómo se defendió a sí misma y a su país en el pasado.
"Somos rumanos y nos lo merecemos. Si nos levantáramos, en lugar de
sentados... Una espada no corta una cabeza inclinada, ¿recuerdas? Me puse de pie tanto
en Sydney cuando fue la cosa, me puse de pie cuando tocó el himno equivocado
para mí en los EE.UU. en la inauguración oficial de la Copa Davis y me fui de la cancha. Para
mí, ser rumano era una cuestión de orgullo. Así fue y
sigue siendo. Ahora, estos somos nosotros, los rumanos, y así es como desfilamos".