Patrick Mouratoglou ha dado un paso al frente para ofrecer un análisis magistral sobre una de las tramas más desconcertantes de la temporada ATP 2025. El prestigioso técnico francés centró su atención en la súbita irrupción de Valentin Vacherot, un jugador que empezó el año fuera del top 250 y lo terminó como campeón de un Masters 1000 en Shanghái. Para Mouratoglou, esta trayectoria no es simplemente una racha de buena suerte o un pico físico, sino un caso perfecto de psicología tenística que desafía la lógica convencional de la progresión gradual.
El exentrenador de Serena Williams sostiene que el mundo del tenis a menudo busca erróneamente revoluciones técnicas para explicar irrupciones repentinas. En su evaluación del ascenso del monegasco al número 31 del mundo, Mouratoglou insiste en que Vacherot no descubrió un nuevo saque ni reinventó sus golpes de fondo de la noche a la mañana. En su lugar, el “milagro” es completamente interno, arraigado en un cambio fundamental en la gestión de los partidos que permitió que sus habilidades existentes por fin florecieran bajo los focos del circuito principal, en lugar de quedar ocultas en el circuito Challenger.
Mouratoglou cuestiona la percepción de que existe un enorme abismo de talento entre la élite y el resto, sugiriendo que la separación es casi totalmente mental. “El nivel entre el N.º 300 y el N.º 20 no es tan grande como la gente cree,”
escribió en Linkedin. “Siempre lo he dicho: si ves a un N.º 300 del mundo pelotear con un top-20, apenas notas la diferencia. La diferencia aparece cuando empiezan los puntos, en la toma de decisiones, en el manejo del estrés, en la gestión de los momentos importantes.”
A continuación explica cómo este blindaje mental estabiliza físicamente los golpes de un jugador, especialmente la derecha, que suele ser el primer ala en romperse bajo tensión. “Su confianza transformó todo su juego. Antes sacaba bien, pero ahora confía en ese saque. Antes luchaba, pero ahora no regala un punto. Antes fallaba más, sobre todo la derecha cuando le apuraban. ¿Ahora? Con confianza, esa derecha ya no tiembla. Porque la confianza cambia la manera de golpear la pelota. Crees que la vas a meter, y la metes.”
De la duda defensiva a la creencia intuitiva: el paralelismo con Monfils
El punto de inflexión fue claramente el Masters de Shanghái, donde la teoría se convirtió en práctica. Mouratoglou señala que Vacherot pasó de una postura reactiva a otra de agresión, un ajuste táctico que solo ocurre cuando un jugador deja de temer a la derrota. La racha en China no fue solo levantar un trofeo; fue un ejercicio de varias semanas para construir un nuevo umbral psicológico superando momentos complicados.
“Shanghái le dio esa confianza, partido tras partido. Batallas ajustadas, remontadas, victorias en tres sets… Esto construye una mentalidad, no solo un ranking. Por fin aprovechó sus oportunidades. Antes era más defensivo, más reactivo. En Shanghái tomó una decisión, y él mismo lo admitió: cuando hay una oportunidad, aprovéchala. Y el efecto fue inmediato.”
Mouratoglou traza una fascinante comparación histórica para ilustrar este cambio, equiparando el despertar de Vacherot con el de un joven Gael Monfils. Describe un tipo específico de revelación que no se aprende en una clase o en una sesión de vídeo, sino que se siente de forma instintiva en la pista. Es la súbita, aterradora y liberadora constatación de que no eres solo un participante, sino un par de los mejores del mundo.
“Me recuerda a Gael Monfils de júnior cuando empezó a ganar. Un día me dijo: ‘Entendí algo.’ No intelectualmente, de forma intuitiva. ‘Puedo jugar con esos tipos. Tengo todo para competir.’ Algunos jugadores sienten esto en algún momento, y eso cambia su trayectoria. Parece que Valentin ha alcanzado ese momento.”
El superpoder de la “despreocupación” y el peso inevitable de la expectativa al entrar en el top 20
Actualmente, Vacherot juega con una libertad peligrosa que lo hace formidable. Mouratoglou identifica la “despreocupación” no como un defecto, sino como un superpoder temporal. Sin la carga de defender un ranking alto o de sostener un legado, Vacherot opera en un estado de flujo donde cada victoria es un bonus y cada partido una oportunidad más que una obligación. “Ahora mismo, Valentin juega con despreocupación, y esa es su mayor fortaleza. Gana, gana y vuelve a ganar. Cada partido le parece un milagro. No piensa en expectativas. No siente presión. Solo juega.”
Sin embargo, el entrenador advierte que esta fase es temporal y que se acerca la verdadera prueba. A medida que Vacherot pase de cazador a presa, el paisaje psicológico cambiará drásticamente. La narrativa del “milagro” será reemplazada por la pesada carga de la regularidad, una transición que ha frenado las carreras de muchos campeones de un solo torneo en el pasado.
“Pero, y es importante, esto no durará para siempre. Cuando entre en el top 20, las cosas cambiarán. Llegará la responsabilidad. La gente esperará que gane. Él esperará ganar. Y ahí es cuando empieza el verdadero desafío. Todo gran jugador ha pasado por ese momento.”
En última instancia, el análisis de Mouratoglou funciona tanto como celebración de un cuento de hadas como hoja de ruta de lo que viene. Los números sugieren que Vacherot está rindiendo a nivel Top 10, pero sostenerlo exige sortear los obstáculos mentales que el éxito inevitablemente levanta. “Por ahora, debe seguir surfeando esta ola increíble, sin pensar demasiado. Porque cuando juega suelto, sin presión, juega a nivel Top 10, y los números lo demuestran. Qué historia. Qué ascenso. Qué lección.”