Iga Swiatek, número dos del mundo, ha salido en defensa de su equipo técnico tras algunas actuaciones decepcionantes en los últimos tiempos. La tenista de 23 años, considerada una de las mejores jugadoras del circuito individual femenino, atraviesa una mala racha, según ha reconocido ella misma.
Recientemente, Swiatek sufrió una dolorosa derrota en la semifinal del Madrid Open ante la estadounidense Coco Gauff, cayendo en sets corridos con un marcador de 6-1 y 6-1. La derrota fue especialmente dura para la polaca, que no ha ganado un título desde que se coronó en Roland Garros en 2024. Este año, ni siquiera ha logrado alcanzar la final en ninguno de los siete torneos en los que ha participado. Curiosamente, llegó al menos a cuartos de final en todos ellos e incluso disputó la semifinal en cuatro ocasiones, pero no logró avanzar más allá.
Los periodistas le preguntaron a Swiatek, quien participará en el Open de Roma, torneo perteneciente a la categoría WTA 1000, si su cuerpo técnico, formado por Wim Fissette y la psicóloga deportiva Daria Abramowicz, era responsable de los resultados recientes. En respuesta, la ex número uno del mundo afirmó que sería un error culpar a esas dos personas. Según Swiatek, sus dificultades actuales se deben a que sus rivales han aprendido a explotar sus debilidades.
“No, esa es una afirmación muy dura e injusta”, dijo Swiatek. “Solo puedo evaluar al entrenador desde mi propia perspectiva, que para mí es la única válida: la de nuestro trabajo diario. Los peores resultados coincidieron con muchos otros desafíos en los últimos meses, también en el ámbito familiar. Me encontré en una etapa de mi carrera en la que tuve que replantearme mi forma de pensar. El nivel del tenis mundial es cada vez más alto. Las chicas han aprendido mi juego y han evolucionado. La gente no lo sabe, pero prácticamente cada año surgen nuevos retos. Cuando me suspendieron, no quise salir a la pista en absoluto durante unas semanas".
"Fue la experiencia más difícil de mi carrera. Daria es un apoyo constante para mí, una persona en la que confío plenamente. Este es mi equipo, y yo decido quién forma parte de él. Me molestan los titulares que hablan de colapso o crisis mental. Por supuesto, a veces me frustro en la pista. A veces no estoy tan concentrada como me gustaría. Pero trabajo día tras día, semana tras semana, para mejorar. Así que no hay razón para hacer juicios precipitados ni buscar explicaciones en el agotamiento o la fatiga”.