Andy Murray decidió saltarse Roland Garros a pesar de que quería jugar en el que muchos esperaban que fuera su última vez.
La decisión no sorprendió a mucha gente, sobre todo después de unas semanas brutales en tierra batida que demostraron que iba a tener algunos problemas importantes en la superficie. La única excepción fue una buena semana en Aix, donde fue capaz de vencer a algunos rivales decentes de camino a la final, donde derrotó a Tommy Paul.
Aparte de eso, fue una época muy dura, por lo que saltársela podría ser una buena decisión. Ahora se centrará en prepararse para la temporada de hierba que culmina con Wimbledon, el único grand slam donde muchos esperan que haga algo de ruido. Como el año pasado, su preparación comenzará en el Surbiton Challenger.