Andy Roddick abordó la abrupta separación entre
Carlos Alcaraz y Juan Carlos Ferrero, expresando su total sorpresa ante la noticia que estalló justo cuando el mundo del tenis entraba en la pretemporada. En un nuevo episodio de
Served, el ex campeón del US Open destacó la ironía del momento, dado que su equipo acababa de grabar contenido asumiendo un periodo tranquilo.
La conversación se centró rápidamente en los comunicados oficiales de ambas partes, con Roddick fijándose en
una frase específica de Ferrero. Mientras Alcaraz habló de “tiempos de cambio”, Ferrero escribió explícitamente: “Ojalá hubiese podido seguir”.
Para Roddick, esa línea fue clave. La contrastó con otras salidas recientes: “No es esto de: ‘Hey, estoy agotado’. No suena como si él fuera un [Darren] Cahill de hace seis meses... ‘Solo necesito terminar. Necesito estar más en casa.’ Se sintió como algo muy personal, sobrio, un ‘me aparto’ de ese tipo. El comunicado de JCF no sonaba así.”
El momento también encendió alarmas respecto a la preparación de Alcaraz en la propia academia de Ferrero. Roddick cuestionó las implicaciones prácticas: “No es una relación típica jugador-entrenador... Carlos entrena en el lugar que JCF construyó. Entonces ahora, ¿hay otra cuestión entera de: ‘¿Me voy a quedar allí?’ ¿O voy a tener que cambiar, ya sabes, el recorrido familiar... y a toda la gente que trabaja allí y que potencialmente apoya mi carrera?”
La dificultad de reemplazar a un mentor
Roddick subrayó que reemplazar a Ferrero es fundamentalmente diferente a otros cambios de entrenador porque Ferrero estuvo desde el principio. Recalcó que no fue solo una contratación, sino el cierre de un arco: “Es el único que ha desarrollado al jugador desde los 13 o 14 años... llevándolo paso a paso del cien al 30 al uno al Slam... para luego ser el tipo todo el tiempo.”
A partir de su propia carrera, Roddick señaló la dificultad de cubrir ese vacío con Sammy Lopez con tan poca antelación. “Yo necesitaba, mi inseguridad necesitaba a alguien que hubiera estado allí antes [como jugador] o como entrenador allí antes”, explicó. “Así que creo que hay muy poca gente que pueda asumir esto... Es difícil de ocupar. Es una relación intimidante en la que meterse así de repente.”
Roddick argumentó que hay un riesgo significativo para quien asuma este rol porque Alcaraz ya es un campeón probado. “Hay mucho riesgo... Si ganas, es como: ‘Oh, bueno... probablemente habría ganado de todas formas.’” Roddick señaló que pocos entrenadores tienen las credenciales para tomar el relevo de inmediato sin un periodo de transición, lo que hace que el cambio repentino sea precario.
Gestionar la nueva dinámica de poder
Más allá de las indicaciones técnicas, Roddick expresó preocupación por la pérdida de la figura disciplinaria. Se preguntó quién gestionará ahora la vida fuera de la pista del astro de 22 años: “¿Quién le va a decir ‘No’? O sea, ¿quién le va a decir que no vaya a jugar al Madison Square Garden? ¿Quién le va a decir que no haga el fiestón en Ibiza? Quiero decir, es casi el atleta más famoso del planeta.”
Si bien reconoció que Sammy Lopez aporta continuidad, Roddick advirtió que los hábitos adquiridos llevan tiempo en reconstruirse. “Tienes que recrear todas estas cosas que Carlos conoce desde los 13 o 14... Te garantizo que han jugado suficientes partidos. Es como que no hace falta mucha palabra hablada sobre cómo vamos a manejar el día siguiente. Simplemente encaja.”
En última instancia, Roddick cree que el éxito de esta decisión se juzgará por los resultados en Melbourne. Sugirió que una gran actuación acallaría el ruido, pero una derrota temprana podría descarrilar el impulso: “Si entra y simplemente arrasa, creo que eso normaliza todo. Es como: ‘Vale, estamos bien. No necesito mi mantita.’ Pero si algo sale mal... entonces creo que cambia mucho del impulso que se ganó en el US Open.”